Sergi, el reconstituyente para revitalizar a un Barça deprimido

Perro viejo, Sergi Barjuan tiene la experiencia de haber entrenado a equipos como Almería, Recreativo y Mallorca; y conocer perfectamente el Barcelona y el vestuario del primer equipo. Afronta el reto de dirigir al equipo hasta que llegue Xavi Hernández con la obligación de mantener el pulso en la Liga y seguir vivo en Europa. Su primera medida ha sido reunirse con los capitanes, tratar de recuperar la alegría en la plantilla con una arenga y retocar un par de conceptos para tratar de cambiar la dinámica del equipo. «La intensidad no se puede ganar en 24 horas. Tengo que sacar el máximo rendimiento en el menor tiempo posible. Les he pedido cosas que me gusta ver en los jugadores y en los entrenamientos», aseguraba Barjuan durante su presentación, en la que Laporta le robó todo el protagonismo. «Debí destituir antes a Koeman, la situación era insostenible. Entramos en una deriva muy peligrosa que podría desengancharnos de todo», apuntó el presidente. Sergi se asoma hoy al escaparate mediático ante el Alavés, con la obligación de parar la sangría e iniciar un cambio de imagen y resultados. El catalán, que prácticamente ha descartado a Ansu Fati, aún renqueante de sus molestias, le ha abierto la puerta de su retorno a Ousmane Dembélé, que hoy mismo podría recibir el alta médica y jugar algunos minutos ante los babazorros. La llegada de Sergi también podría ser aire fresco para Riqui Puig, el talentoso centrocampista al que Koeman mantenía en el ostracismo.

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