Continúa el enfrentamiento en la coalición con importantes discordancias entre PSOE y Unidas Podemos respecto al control de la negociación para derogar la reforma laboral. La Moncloa quiso quitar ayer trascendencia a las tensiones con su socio de Gobierno, se respaldó a Yolanda Díaz como primera interlocutora del diálogo social y se apuntó a que se seguirán estudiando «mecanismos de coordinación» entre los ministerios implicados. Pero desde la Vicepresidencia Segunda aguantan el pulso y la que es también ministra de Trabajo no acepta ese marco. Díaz insistió un día más en que el conflicto de fondo con el PSOE son los «contenidos» de la reforma laboral, y no la metodología de coordinación de la que hablan los socialistas. Aun así la vicepresidenta confía en que llegará el pacto más pronto que tarde. Y subrayó que el Ejecutivo de coalición no peligra. Básicamente porque «no hay alternativa». El viernes trascendió de esta negociación un choque entre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la vicepresidenta segunda después de que impusiera la participación de la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, en la mesa de diálogo social. El gabinete de crisis del pacto de coalición se reunió anteayer dos horas sin lograr consenso y se emplazaron a seguir trabajando en ello. En la rueda de prensa del Consejo de Ministros de ayer, la portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, planteó que en las reuniones del Diálogo Social sea la ministra de Trabajo quien «lidera y representa» al Gobierno, pero a la vez sostuvo que parece «razonable» que haya otros miembros del Ejecutivo en esa negociación. Es decir, los socialistas no ceden en su idea de que el proyecto tiene que ser compartido. Se intentó, por tanto, un guiño protocolario a sus socios de coalición, ya que desde el ministerio de Díaz vienen poniendo en valor de que llevan desde el mes de marzo trabajando esta cuestión. Y lo que cuestionan es que esa participación final de otros ministerios pueda alterar los términos de un acuerdo que Trabajo daba por encarrilado. Por eso desde Unidas Podemos interpretan que «algo ha cambiado» para que el presidente de ese cambio repentino y creen que solo se explica por el interés del PSOE de involucrar a los empresarios. Díaz dijo ayer que pensaba que el debate para desarmar la reforma laboral del PP ya estaba cerrado, y recordó que lleva desde marzo sentándose con los sindicatos y la patronal sin que Sánchez objetara nada: «Lo que queremos es abordar el alcance y el perímetro de los contenidos de la reforma laboral. He instado un debate en el seno del Gobierno para delimitar el contenido de la reforma laboral, y sinceramente pensaba que esto estaba ya cerrado, porque este debate ya lo tuvimos antes del mes de diciembre del año pasado y antes de remitir el componente 23 a Europa». La Moncloa insiste por su parte en que la representación coral es fundamental porque entienden que con ello se multiplican las opciones de contar con la participación de la patronal en el acuerdo y hacerlo más digerible para Europa. «Nunca debió perderse el diálogo social. Que puedan participar de ella empresarios y patronal para dar mayor seguridad a los trabajadores», dijo la portavoz del Ejecutivo. «No se entendería que una parte del Gobierno no formase parte», insistió. Pero esa propensión de la parte socialista por contar con el consenso de la patronal preocupa en Trabajo, porque piensan que en última instancia es utilizada como un pretexto para rebajar las pretensiones de Díaz. Están seguros desde Trabajo de que para contar con el concurso de la patronal, Sánchez estará dispuesto a hacer modificaciones sobre el pacto que Díaz pueda cerrar con los sindicatos. Porque la vicepresidenta segunda está dispuesta a llegar hasta el final sin los empresarios. En este aspecto el PSOE no parece dispuesto a ceder. «Dada la dimensión de la reforma entendemos que es importante intensificar toda la coordinación de los ministerios», dijo ayer la portavoz, justificando ayer la necesaria participación de los ministerios de Inclusión o Educación. Además de Economía con Nadia Calviño al frente. El veto a Derechos Sociales El clima en la coalición está crispado. Y ayer el PSOE ejecutó una evidente maniobra de ‘boicot’ a la ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, para evitar que Unidas Podemos tuviera protagonismo durante la presentación de la ley de Vivienda, a pesar de que su departamento es coproponente. La ministra de Derechos Sociales pidió intervenir en esta rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros a principios de la semana pasada. Sin embargo, a primera hora del viernes les comunicaron que no iba a ser posible. Según explican, la justificación de La Moncloa es que no podían ser más de tres ministros. Aunque lo cierto es que sí se han convocado ruedas de prensa con cuatro; un ejemplo, el 29 de septiembre del año pasado. Belarra decidió contraprogramar la rueda con un vídeo en su despacho ministerial donde reivindicó su rol de principal negociadora de UP en esta materia.
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martes, 26 de octubre de 2021
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» Díaz no se pliega al gesto de Moncloa porque cree que Sánchez usa a la patronal para rebajar su proyecto
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