El centenario del nacimiento de Luis García Berlanga (1921-2010) y Fernando Fernán-Gómez (1921-2007) se ha colado también en la Semana Internacional del Cine de Valladolid (Seminci), festival con el que ambos genios del cine estuvieron muy vinculados desde su origen. Prueba de ello es qu un joven Fernán-Gómez se convertía en la principal estrella de la primera edición del festival, allá por 1956, cuando por entonces se le conocía como Semana de Cine Religioso, para presentar ‘Balarralasa’, película que protagonizaba. Sólo dos ediciones más tarde, Luis Berlanga robaba protagonismo al conseguir con ‘Los jueves, milagro’ (1957), una ‘Mención especial’ del certamen, al que regresaba en 1987 para estrenar ‘Moros y cristianos’. Precisamente este último filme fue una de las dos ocasiones –la otra, ‘Esa pareja feliz’ (1951)–, en las que Fernán-Gómez se pondría a las órdenes del genial cineasta valenciano, que con el tiempo confesó su arrepentimiento por no haber podido congeniar mejor su agenda con el intérprete. Estos días, esa cocktelera del mejor cine de autor que es el festival vallisoletano ha querido que ambos tengan su espacio de protagonismo estos días con la proyección de sendos documentales, que aún siendo de diferente autoría –en un caso, Helena de Llanos, nieta de Fernán-Gómez, y en el otro, Rafael Maluenda, con quien Berlanga trabajó en sus tres últimas películas– tienen en común la intención de ambos de aproximarse de una forma bastante original, a la vida y obra de dos pilares de la historia de nuestro cine. La directora Helena de Llanos, junto a los actores Tristán Ulloa y Óscar Ladoirex - F. BLANCO Precisamente del papel que jugó su abuelo en la cinematografía española es algo de lo que le costó percatarse a De Llanos, confiesa a este periódico con motivo de la presentación de ‘Viaje a alguna parte’, en la que también rinde tributo a Emma Cohen: «Creo que fui consciente del todo –de su importancia– cuando me sumergí a investigar en el archivo que guardaban en la casa hace ya seis años», explica la realizadora, que se mudó a vivir con la segunda esposa de su abuelo –la primera fue la cantante María Dolores Pradera– ocho años después de que él falleciera, ya que llevaba tiempo dándole vueltas a la idea de hacer una película sobre su vida: «La necesidad surgió por intentar responder a todas las cosas que no pregunté y las conversaciones que no tuvimos», reflexionó la autora. Generosidad Rafael Maluenda, que firma en ‘Berlanga!!’ su primer largometraje, sí que conocía –y mucho– lo que el valenciano representaba para la historia de nuestro celuloide. De hecho fue la admiración por su trayectoria lo que le llevó un día a presentarse en una conferencia que el cineasta impartía en un colegio mayor femenino en Valencia. De aquel buscado encuentro nació, primero, una amistad, y luego, una relación laboral que le llevó a colaborar en tres de sus últimas producciones: la miniserie ‘Blasco Ibáñez’ (1997), y las películas ‘Todos a la cárcel’ (1993) y ‘París-Tumbuctú (1999). En el director de la mítica ‘Bienvenido Mister Marshall’, descubrió Maluenda una «generosidad» desbordante y por ello, y ya que le había dado la oportunidad de formarse junto a él, sintió que «probablemente le debía algo» y que tenía que expresarlo en forma de «una película que tuviera que ver con Berlanga y lo berlanguiano». Así, explica a ABC, nació un proyecto que estuvo un tiempo durmiendo el sueño de los justos hasta que el pasado diciembre, a las puertas del ‘Año Berlanga’, recibió el empuje definitivo por parte de una productora, lo que le ha hecho trabajar desde entonces a contrarreloj para dar vida al documental, que prevé estrenar el próximo diciembre. De momento, la Seminci le está permitiendo estos días «testear» las primeras impresiones antes del montaje definitivo del que será su primer largometraje. Rafael Maluenda, director de 'Berlanga!!' - HERAS Sobre la filme cuenta que, además de un homenaje a quien considera «un retratista no sólo de España, sino del ser humano», y de ahí –añade– «la vigencia y universalidad de su obra», lo que pretendía con él era ofrecer a las nuevas generaciones un «asidero» a partir del cual poder entrar en el mundo berlanguiano. Cree que, pese a que el director de ‘El verdugo’ ha gozado de «un reconocimiento institucional y popular» desde la Transición, en su condición de profesor de universidad había percibido que esta admiración se estaba perdiendo por la brecha generacional. Disonancias pero «unanimidad» Alesxander Payne, Fernando Trueba, Paco Plaza, Borja Cobeaga, Gracia Querejeta o Enrique Urbizu son algunas de las voces recabadas en la película para hablar del cine de Berlanga, a las que se suman familiares como su hijo José Luis y amigos íntimos como Luis Alberto de Cuenca. «Creo que al documental lo enriquece el hecho de que pese a que pueda haber disonancias entre lo que dicen», recoge «una unanimidad» en cuanto a la «admiración» que despierta su trabajo. «Estamos convencidos de que su valor no es sólo porque supo hacer una crónica del momento, sino porque puso el foco en el componente humano. Sus miedos, esperanzas, mezquindades... van a existir siempre. Urbizu dice en la película que es el país el que se empeña en que Berlanga siga vigente; más que el país, yo diría que es el ser humano». Haciéndose eco, además, del humor que caracterizó a los trabajos del valenciano, Maluenda entremezcla con las entrevistas una trama de ficción cómica muy berlanguiana de manos, no podía ser de otra manera, de actores muy berlanguianos como Antonio Resines, Guillermo Montesinos, Silvia Marsó o Luisa Martín. Una caleidoscópica mirada que también le es común a ‘Viaje a alguna parte’, que su propia autora define como «inclasificable»: «A Emma le gustaba decir que estaba construyendo una ficción soñante y, la verdad, me gusta la idea», sostiene Helena de Llanos. En resumen, dos trabajos que abogan por una mirada genuina y diferente de dos grandes del pasado de nuestro cine, pero también del presente y del futuro porque su huella también está en la creación contemporánea. Y eso pese a que, apostilla Maluenda, «ese poder bromear, meter el estilete en cualquier lugar, sin temor a ser señalado por ello, creo que es más difícil ahora, porque realmente tenemos un nivel de incomodidad que nos molesta cualquier cosa, y eso elimina la posibilidad del humor, que es inherente al ser humano».De España https://ift.tt/3vRnXxU
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