jueves, 28 de octubre de 2021

Las terrazas Covid desaparecerán de Ponzano y otras 50 calles bulliciosas en la capital

La rueda de prensa duró una hora. El anuncio era importante. Begoña Villacís ocupó el lugar habitual de la portavoz municipal, Inmaculada Sanz, para explicar el principal punto aprobado en la Junta de Gobierno. «Este proyecto de ordenanza de terrazas viene a sustituir la del año 2013», arrancó la vicealcaldesa. Eso y mucho más: ese texto, que apenas ha recibido la ratificación inicial, decide el destino de las 3.702 terrazas Covid que han proliferado en el último año y medio en la capital. Durante una hora, Villacís y la concejal Silvia Saavedra explicaron las resoluciones del borrador. Que las ampliaciones de los veladores desaparecerán el 31 de diciembre; que las 948 instalaciones sobre las bandas de aparcamiento se mantendrán dos años más, salvo en las «zonas tensionadas», áreas aún por definir. Pero olvidaron un detalle fundamental. Una hora después de la rueda de prensa, el Ayuntamiento difundió la nota informativa. Además de en las «zonas tensionadas», las terrazas Covid estarán vetadas en las áreas protegidas bajo las siglas ZPAE y ZAP (Zona de Protección Acústica Especial y Zona Ambientalmente Protegida), figuras que desde hace años blindan las calles de la contaminación y restringen la actividad del ocio nocturno y la hostelería. El Área de Coordinación, Transparencia y Participación Ciudadana que dirige Saavedra aún no ha especificado el número de veladores que abandonarán las calles. La concejal recordó que «están trabajando» en la delimitación de las «zonas tensionadas», que las pedirán las Juntas de Distrito y se declararán en base a unos criterios de movilidad, ruido y una ocupación máxima del 30 por ciento del espacio público. El Área de Medio Ambiente y Movilidad será la encargada de realizar las mediciones oportunas y la Comisión de Terrazas el órgano que, a partir de los informes técnicos, determine los puntos rojos. Siete distritos en la diana No obstante, en cuanto a ZPAE y ZAP se refiere, la medida afecta al menos a medio centenar de vías de siete distritos. Algunos de ellos acumulan el mayor número de licencias concedidas sobre el asfalto, como Chamberí (con 249 terrazas en bandas de aparcamiento), Salamanca (189) y Chamartín (91). La práctica totalidad de Ponzano, el tártaro vecinal con decenas de terrazas en 500 metros, y Santa Engracia, otra de las vías con más instalaciones, entran en esos perímetros. El futuro de las terrazas Covid ha sido uno de los puntos de encuentro del Gobierno bicéfalo de Cibeles. Ciudadanos había presumido de faceta liberal y a favor de la hostelería frente a la postura más conservadora del PP, presionado por las quejas vecinales en sus feudos electorales. Al final, el pulso lo ha ganado José Luis Martínez-Almeida. «El descanso de los vecinos es innegociable», zanjó Villacís, que sigue abanderando la frase «Madrid no es Ponzano» para justificar su permisividad con los hosteleros. «Madrid tiene 21 distritos», remarcó por su parte el director de Hostelería Madrid, Juan José Blardony, que reconoce el «avance» y el aspecto «positivo» de la ordenanza. En cualquier caso, la modificación de la ordenanza apenas acaba de empezar a rodar. «Es un texto que de ninguna manera es definitivo», insistió la vicealcaldesa, «nos abrimos a negociar con todos los partidos políticos y con hosteleros y vecinos». El documento se somete ahora a la fase de alegaciones de los grupos municipales y en diciembre, previsiblemente, se trasladará al Pleno para su aprobación definitiva. Aunque las terrazas sobre las más 2.000 plazas de aparcamiento están en el punto de mira —las que permanezcan, deberán pagar una tasa por ocupación del espacio público—, el Ayuntamiento sí plantea abrir la mano con las concedidas en zonas terrizas y esquinas, así como las mesas altas de baja ocupación (con un par de taburetes). La ordenanza también recoge la figura del «responsable de la terraza», que deberá atender los posibles conflictos entre el negocio y los vecinos. Las que continúen se enfrentarán a sanciones más duras: dos infracciones muy graves y tres graves —por ejemplo, sobrepasar el número de mesas, horarios y espacio permitido— en dos años supondrán la retirada de la terraza. Al margen de los veladores, el documento regula por primera vez los ‘food trucks’, que podrán solicitar las mismas licencias que los quioscos.

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