sábado, 30 de octubre de 2021

Villarejo marcó por vez primera a Bárcenas cinco años antes de Kitchen

Día 17 de octubre de 2008. Junto a un batiburrillo de ideas, el comisario José Manuel Villarejo pegó un pósit en su agenda con una lista de nombres que no están elegidos al azar. Entre ellos, el de Luis Bárcenas, que aquella vez, quizá por ser la primera, anotó con V en lugar de B. Quedaban cinco años para la operación Kitchen. Es la primera vez que se cruzan los caminos entre el polémico policía y el extesorero del Partido Popular, al menos, por lo que respecta a las agendas del comisario, a las que tuvo acceso ABC. Esas anotaciones son tomadas como indicio de interés en la Audiencia Nacional en lo que se va corroborando con otras pruebas. Y en el modo en que Villarejo se acabó inmiscuyendo en la operación Gürtel hasta, años después, participar en un supuesto operativo para sustraer documentación al extesorero, la hemeroteca y los sumarios de las causas de corrupción en municipios de Madrid juegan un papel fundamental. El cruce con Gürtel En aquel pósit, el de Bárcenas con V no era el primer nombre de la lista, sino David Marjaliza, considerado el cerebro de lo que luego fue Púnica y que entonces ya hacía negocio con distintos consistorios. Después figuran Francisco ‘Paco’ Granados, exconsejero de Presidencia, Justicia e Interior de la Comunidad de Madrid implicado en esa misma trama; el ya difunto Francisco Sánchez Arranz, que era concejal en Boadilla, y una funcionaria de aquel consistorio que dirigía Arturo González Panero. A diferencia de los demás, él no sale en la lista de nombres sino en la propia agenda, que recoge diversas citas y conversaciones entre ambos sobre asuntos varios: desde frenar un reportaje de Interviú, donde Villarejo tenía un periodista que colaboraba con él, hasta lo que se antoja en las notas como dos chivatazos en toda regla. El primero, cuando le alertó de que en torno al 18 de junio de 2008 estallaría la operación Astapa en Estepona, tal y como, según la agenda, le había contado antes a Villarejo el entonces jefe de UDEF, José Luis Olivera. El segundo, ya en febrero de 2009 y con un recorrido similar. El día 4, Villarejo atribuye a Olivera la información de que el «tema Correa» estaba «a punto de estallar». Al día siguiente, víspera de las detenciones, anota el aviso de «tormenta» a Panero y, luego, hace seguimiento hasta de su estrategia de defensa, con apuntes como «le propuse colaborar sin duda» o «aceptó todas las indicaciones. Dice que coincide con los argumentos de su abog.». El juez y el jefe de la UDEF Entra otro personaje aquí en la cadena de información y es el comisario Enrique García Castaño, alias ‘Big’. Según las notas, él trasladaría al instructor Baltasar Garzón los datos «sobre lo que Artur va a declarar». Y de Garzón, deja constancia de la «preocupación» de García Castaño por la filtración aquellos días de las imágenes de una cacería en la que participó con el entonces ministro de Justicia, del PSOE, entre otros. Un asunto que comentará el comisario con una de las personas clave en todas las agendas, el marido de la exsecretaria general del PP Dolores de Cospedal, Ignacio López del Hierro, alias ‘ILH’. 2009/2010: «Caña a LB» A menos de dos semanas de las detenciones de Gürtel aparece una primera anotación sobre ella: «ILH: Su parienta quiere datos para tomar decisiones». La víspera de que estallase la operación lo que escribió fue: «ILH. Toque sutil de la situación. Quedó muy mosca. Habla con su parienta». Entre referencias a cafés y llamadas, aparece un apunte del 24 de febrero: «Aviso de la movida de BG en plan general. Están muy contentos por evolución». El PP en esas fechas, pedía apartar al juez por aquella cacería. Es a través de las notas con López del Hierro como se dibuja en las agendas la evolución del marcaje a Luis Bárcenas, «LB». Él le habría contado el 18 de junio que había una «operación de la Cospe». «Se ha ido a cazar una cabra por 7.000 euros», decía. El mismo día, el comisario refleja una gestión con Olivera: «Muy interesado en lo de la cabra de LB. Va a realizar gestiones en ese sentido». La siguiente nota sobre el tema es ya del día 23, de nuevo con López del Hierro. «Cospe contenta con la info. LB cazó la cabra en una finca de un primo de ESPE». Efectivamente, en aquella época se publicó en prensa la cacería de cabra montesa. De las agendas se desprende que le estaban buscando las vueltas. Hay un pósit a continuación, fechado el 22 de junio. «En PP muy asustado porque privados financian sedes», que añade: «Caza cabra, 7.000 euros». También consta referencia al enfado del entonces jefe de la Policía Judicial, José Antonio González, por un encontronazo con Bárcenas en un restaurante que igualmente, se publicó. «Le aseguro que LB está acabado en el PP», dejó anotado Villarejo de su conversación. De Olivera, a continuación, escribió: «Espera que LB se lleve más caña» y después, López del Hierro: «Dijo haber transmitido detalles». El 7 de julio, otro pósit: «PP problemática grave con Barc», en nueva referencia al tesorero, que a finales de mes renunciaría a su puesto en el partido. A la vuelta de aquel verano, y tras alguna nota de citas con López del Hierro, Villarejo escribe que «le interesa la fundación: Arenas, Galeote, Bárcenas». Finalmente, el 1 de febrero de 2010, el marido de Cospedal aparece junto a la reseña «desea caña contra Barcen». Quedaban aún tres años para que vieran la luz los papeles del extesorero, para que se descubriese que guardaba millones de euros en Suiza y para que arrancase la operación Kitchen. En ese momento, era otro imputado más en Gürtel y en público se le defendía. En privado, parece que no. Villarejo avisa a López del Hierro del tema que llevará Interviú en febrero de 2010 sobre el patrimonio de Bárcenas. En abril, el extesorero cursó baja del partido. La caída del tesorero Hay que navegar por las agendas hasta 2011 para encontrar de nuevo a Bárcenas. Una referencia somera con «ILH»,«papel-Oli-Barc- datos», aunque a la luz de las anotaciones, con él sigue hablando. En septiembre anota una cita con la propia Cospedal, a quien, dice, «le parece muy importante el tema de los TC y desviaciones al partido» y que le ha propuesto verse «en Toledo». Para noviembre, escribe: «Envío de datos que le interesan del tesor.» a López del Hierro y en junio de 2012 ya aparece un teléfono como de Bárcenas en la agenda. «Muy contento por el tema TESORERO», dirá del marido de Cospedal en febrero de ese año, siempre según la reseña. El que no estaba contento era Bárcenas, convertido en una bomba de relojería. En esos días, Villarejo anota un mensaje urgente para «ILH» sobre «Barc y la presión de Arenas en el tema». Apunta que hay «un interlocutor para Interior», al que después pondrá nombre, y parecen empezar a cruzarse los intereses. Por Olivera, se entera, y así lo apunta, de que el director Adjunto de la Policía Eugenio Pino, ahora procesado por la Kitchen, le ha pedido «apoyar a tope a Bárcenas» y «contactar» con su abogado. Sólo hay que pasar dos páginas para toparse con el móvil de Javier Iglesias, representante del también extesorero Álvaro Lapuerta en Gürtel y al que Villarejo dibuja como su interlocutor con las altas esferas del PP, cosa que él niega. A partir de ese momento, las notas relativas a conversaciones con él sobre este y otros temas, serán una constante. Interior entra en escena La inflexión en la historia que cuentan las agendas aparece el 27 de diciembre de 2012, Ese día y por primera vez, aparecen dos palabras juntas que no habían formado parte de la misma ecuación: «Chisco», identificado ya como el secretario de Estado de Seguridad Francisco Martínez, y «BARC», el extesorero. A partir de ahí, serán prolíficas las notas sobre «Chisco», igual que se sucederán referencias sobre Cospedal. En marzo de 2013 se prepara una especie de briefing para ella, con la que se supone que va a hablar por teléfono, y que incluye el apunte «movimientos LB» entre otros. Según la agenda, se trataba de una llamada a un fijo que el propio Villarejo anotó al margen. En la causa sólo consta un contacto telefónico directo entre ambos, una llamada de 19 segundos el 11 de julio de 2013, tal y como recoge un informe de Asuntos Internos. Ese día, él apuntó: «COSPE: Muy mosca con la citación. Le aconsejé que llamara a Chisco. Lo hizo más tarde». Chisco, según la agenda, le había preguntado a Villarejo si acaso Cospedal había pedido voluntariamente comparecer. El hecho es que el juez instructor de la Gürtel en aquel momento era Pablo Ruz y la había convocado de testigo. El contraste con la causa Cospedal reconoció en sede judicial que se reunió y habló con Villarejo varias veces a lo largo de los años, de manera directa o con intermediación. Un audio difundido por Público sitúa su último encuentro en la sede del Ministerio de Defensa en septiembre de 2017, a solo dos meses de que el comisario fuese detenido. En las agendas, consta más de una decena de cruces que el juez Manuel García Castellón enmarca en el derecho de reunión y en los que no aprecia indicio alguno de delito, como tampoco en su marido. La investigación sobre Kitchen sitúa el inicio de la operación en junio de 2013, a partir de la captación del confidente de la trama y a la sazón chófer de Bárcenas y la enmarca exclusivamente en el Ministerio del Interior que comandaba Jorge Fernández Díaz, descartando que tuviese una pata política o que, como sostiene la Fiscalía Anticorrupción, arrancase mucho antes con intención de dinamitar la Gürtel. Su decisión está recurrida.

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