domingo, 31 de octubre de 2021

Los vecinos claman por un arroyo del Aserradero limpio de una vez

Los vecinos de la zona del arroyo del Aserradero (barrio de San Antón), llevan años solicitando la limpieza y mantenimiento del cauce, que nace en el término municipal de Bargas y discurre paralelo a la A-42 en su margen derecho en sentido creciente hasta desembocar en el río Tajo a su paso por Toledo. Se trata de una zona de acceso a la ciudad de Toledo, situada enfrente del campo de fútbol del Salto de Caballo (al otro lado de la Avenida de Castilla-La Mancha) y próxima al parque de bomberos, situada en una especie de hoyo por debajo de la rotonda que da acceso a la carretera de Madrid o las salidas hacia Ciudad Real o la AP-41. Más de diez años llevan los vecinos reclamando al Ayuntamiento de Toledo, la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT) o el Seprona, que supervisen y mantengan el arroyo despejado, pues las consecuencias de no estar limpio las vivieron el pasado 1 de septiembre con el paso de la DANA. El agua se desbordó e inundó un negocio, el taller Alguacil, y los aledaños, y se extendió el cauce por una calle, subiendo más de un metro el nivel del agua. Mantenimiento El crecimiento de la vegetación que reduce el ancho del cauce, la caída de cantos rodados y acumulación de arena con la consiguiente elevación del agua, la rotura de diques o lindes de propiedades más la poca pendiente en la canalización por debajo de la rotonda, hacen que el arroyo pierda capacidad de transporte provocando desbordamientos en la zona. Por este motivo y después de decenas de escritos, los vecinos y el propietario del taller, Alfredo Alguacil, han pedido otra vez al ayuntamiento y a la CHT que ejecuten un mantenimiento mínimo del cauce del arroyo en esta parte afectada con el fin de evitar o reducir los posibles desbordamientos. GALERÍA Vea la galería completa (11 imágenes) Los afectados habían denunciado siempre malos olores, pero en 2016 el Ayuntamiento de Toledo firmó el acta de cesión y uso del colector del arroyo Aserradero para su explotación, junto con la correspondiente encomienda de gestión. El colector conduce las aguas residuales de los núcleos urbanos de Toledo, Bargas y Olías del Rey hasta la estación depuradora ubicada en la capital. Esta infraestructura, de 4.500 metros de longitud, tiene su origen en el pozo de registro existente en la margen izquierda del propio arroyo Aserradero, a la altura del área de servicio ‘La Abadía’, y finaliza en una conexión que se ejecutó a un emisario principal del municipio de Toledo, situado en la margen derecha del río Tajo. Sin olores El Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, subrayó entonces que la puesta en marcha del nuevo colector ponía fin al deterioro ambiental que suponía que el caudal circulara por el colector antiguo. Actualmente los vecinos no se quejan de los olores, que prácticamente han desaparecido, pero ruegan al Ayuntamiento de Toledo que termine de limpiar el cauce. «Hay basura acumulada y vegetación que impide al agua seguir su curso normal hacia el Tajo», dicen los afectados. Además denuncian que hay tres viviendas ocupadas en la zona, cuyos inquilinos usan el cauce del arroyo para tirar muebles, desperdicios y escombros de obras realizadas durante el pasado verano, y lo utilizan además para defecar. Todo esto ha incrementado el malestar de este grupo de vecinos, entre 50 y 60, quienes afirman que pagan sus impuestos como el resto de toledanos y no se sienten atendidos de la misma forma que otros habitantes de la ciudad.

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