Agua a espuertas, sombras y dispensadores de crema solar para evitar los riesgos de trabajar a 40 grados

En pleno atasco, volviendo a casa a la hora de la comida, cuando en el salpicadero del coche se indica una temperatura externa de 39 grados, la mirada se encamina sin remedio hacia ese grupo de obreros que, con el casco calado y pertrechados tras un peto amarillo, aplican el martillo neumático o transportan cargas bajo un sol de justicia. Desde el confortable frescor del interior del vehículo, uno se pregunta cómo pueden soportar semejante tortura. Un equipo del Instituto de Seguridad y Salud en el Trabajo de la Comunidad se encarga de visitar las obras e informar a los trabajadores y sus empresas sobre las medidas a tomar para que trabajar no se convierta, en verano, en un riesgo... Ver Más

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