jueves, 28 de julio de 2022

Koundé contra el mal de ojo

Jules Koundé ha sido el último central en incorporar el Barcelona a su equipo. Un fichaje que se hizo oficial ayer por la tarde después de que el club azulgrana haya llegado a un acuerdo con el Sevilla por 50 millones de euros más otros diez en diferentes variables. Según fuentes del club catalán, consultadas por ABC, la mitad de estas variables (5 millones) sería de fácil cumplimiento mientras que la otra mitad estaría supeditada a éxitos más complejos del equipo de Xavi Hernández. Koundé será presentado el lunes y firmará por cinco años. Refuerza de esta manera el Barça su defensa después de incorporar a Christensen, que llegó con la carta de libertad tras acabar su contrato con el Chelsea. Una de las obsesiones de Xavi es apuntalar una línea defensiva que suele ser el talón de Aquiles en el estilo de juego que gusta en el Camp Nou, esclavo del sistema heredado de la escuela holandesa de Cruyff e implementado posteriormente por Rijkaard, Guardiola y Luis Enrique. Pedro Nieto, exfutbolista y comentarista en LaLiga, explica los motivos por los que tanto cuesta triunfar como central en el Barcelona. «Se debe, sobre todo, a la propuesta de juego que tiene el Barcelona. Le gusta tener la posesión y cuando tiene el balón los defensas sufren menos. Los centrales del Barcelona suelen ir bien en la salida de balón pero en la marca no son fuertes. No han crecido en el marcaje sino en la salida de balón. Y cuando el equipo contrario tiene el balón y no recuperas rápido tras una pérdida, te mete en problemas», analiza. Y ofrece otro elemento clave: «No es que no tengan condiciones, pero el Barcelona, como el Madrid, te exige mucho más y la presión te puede». La dificultad para acoplarse al ADN pretendido lo ejemplifica el fracaso de grandes centrales que no han sido capaces de adaptarse con la camiseta azulgrana a pesar de su contrastada calidad. Desde que Carles Puyol debutara con el primer equipo en la temporada 1999-00 ningún entrenador ha podido pescar en La Masía un canterano que se asentara en el primer equipo y los que lo han hecho, como Piqué o Eric García , han tenido que pasar por otros equipos para formarse. De los 19 futbolistas de las categorías inferiores que han tenido una oportunidad con el primer equipo en lo que llevamos de siglo, tan solo Oleguer, Bartra o Mingueza disfrutaron de cierta continuidad. El resto (Dani Tortolero, Rodri, Olmo, Marc Valiente, Martos, Fali, Botía, Muniesa, Fontás, Sergi Gómez, Edgar Ié, Borja López, David Costas, Chumi y Cuenca) pasaron sin pena ni gloria por el Camp Nou. Esa imposibilidad de encontrar centrales en casa obligó a la secretaría técnica a buscar en el mercado. 24 centrales ha fichado el Barcelona desde el año 2000, invirtiendo más de 425 millones de euros , con más errores que aciertos. Las frías estadísticas suelen ser el rasero con el que se mide el éxito y el fracaso. Piqué (14 temporadas, 606 partidos y 5 millones de coste) y Rafa Márquez (7 años en el club, 242 partidos y 5,25 millones de traspaso) son los grandes aciertos. El gran fiasco lo aporta Pep Guardiola tras invertir 25 millones en Chigrinsky, un ucraniano que jugaba en el Shakhtar Donetsk y que apenas jugó 14 partidos en el único año que estuvo en el Barcelona. A él se suman futbolistas que fueron a buscar en el mercado invernal como Yerry Mina (14,4 millones por seis partidos en un año), o Murillo (1,2 millones invertidos para que disputara cuatro encuentros). Y apuestas de futuro que fueron severos fracasos y que en algún caso ni llegaron a debutar, como Henrique, fichado por Txiki Begiristain y que no superó ni la pretemporada bajo las órdenes de Pep Guardiola, a pesar de que se pagaron 8 millones al Palmeiras. Rijkaard abonó medio millón al Valladolid por la cesión de Mario Álvarez, que solo jugó dos partidos; Luis Enrique confió en el potencial de Marlon (5 millones, un encuentro), y Valverde, en Todibo (un millón y cinco partidos en dos temporadas). Noticias Relacionadas estandar No Atlético de Madrid Nahuel Molina, de no jugar en Boca a brillar en el Calcio Iván Martín estandar No Fútbol Las cuatro dudas de Ancelotti en el nuevo Real Madrid Emilio V. Escudero No todo han sido decepciones tan llamativas. Algunos centrales no han triunfado aunque han tenido una trayectoria aceptable con la camiseta azulgrana. Mathieu, Lenglet o Umtiti (hasta que su maltrecha rodilla dijo basta) son un claro ejemplo. El Valencia cobró 20 millones por Mathieu (91 partidos en tres años), el Sevilla 35,9 por Lenglet (160 encuentros en cuatro temporadas, aunque las críticas en estos dos últimos años le han llevado a buscar una salida en forma de cesión al Tottenham) y el Lyon 25 por Umtiti (133 choques en seis años. Su rendimiento cayó en picado tras ganar el Mundial en 2018, pero anteriormente se consideró uno de los mejores centrales que había fichado el Barcelona). Las lesiones, precisamente, han condicionado el rendimiento de algunos defensores que apuntaban alto. Gaby Milito (20 millones y 76 partidos en cuatro años) y Thomas Vermaelen (19 millones y solo 53 encuentros en cuatro años) pueden dar fe de ello. Los dos casos más curiosos los protagonizaron Javier Mascherano, centrocampista que triunfó cuando Guardiola le reconvirtió en central (24 millones y 333 partidos en 8 temporadas), y Alex Song, al que Tito Vilanova fichó después de que Arsene Wenger le asegurara que daría muy buen rendimiento de central cuando el técnico del Arsenal solo le había hecho jugar en el centro del campo. El fracaso estaba cantado (19 millones y solo 65 partidos en dos temporadas). La nómina de centrales en estos 22 últimos años la completan Christanval (17 millones), Patrik Andersson (8), Thuram (5), Cáceres (16,5), Araujo (4,7) y Eric García (llegó con la carta de libertad procedente del City).

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