miércoles, 20 de julio de 2022

El triste regreso de Caster Semenya: la implacable campeona de 800 languidece en el 5.000

Caster Semenya regresó este jueves a un Mundial después de cinco años. Se perdió el de Doha 2019 , así como los Juegos de Tokio 2020. En ninguno de los dos le dejaron competir en su prueba estrella, los 800 metros, debido a su hiperandrogenismo, un trastorno que eleva sus niveles de testosterona y que la convierte para la Federación Internacional en una atleta intersexual. Según la normativa, la sudafricana, triple campeona mundial y doble oro olímpico, tiene prohibido competir en pruebas entre los 400 metros y la milla, aquella que aúnan velocidad y resistencia. Para hacerlo, debería someterse a un tratamiento que reduzca de forma artificial sus niveles de testosterona hasta los 5 nanomoles por litro de sangre que exige la regla, algo contra lo que Semenya se ha rebelado y que la mantiene en una batalla legal , de momento indructuosa, contra World Athletics . Semenya, que aún mantiene la cuarta mejor marca mundial de todos los tiempos en el 800 (1:54.25) solo tuvo una alternativa para seguir compitiendo: plegarse a los requerimientos y probar en una disciplina donde sus cromosomas XY no supusieran un problema. Se decantó por el 5.000, prueba de fondo donde está lejos de convertirse en una estrella. Semenya no se clasificó de forma directa para el Mundial. Su mejor marca es de 15:31.50, a casi un minuto y medio del récord mundial de la etíope Letesenbet Gidey (14:06.62). Pero las bajas de varias atletas acabaron haciéndole un hueco. Noticias Relacionadas estandar Si Atletismo El gran anhelo de Mo Katir Javier Asprón estandar No Atletismo Yulimar Rojas deja su sello en Eugene Javier Asprón La sudafricana saltó a la pista en la primera de las semifinales, y en su presentación fue recibida entre aplausos. Había expectación por ver su desempeño en la pista, pero también pocas dudas de que tras la carrera podría volver de vuelta a casa en el momento en que quisiera. En una carrera rápida, lanzada por la japonesa Ririka Hironaka, Semenya aguantó en el grupo de cabeza hasta el paso por el segundo kilómetro. A partir de ahí declinó. Finalmente cruzó la meta en decimotercera posición, antepenúltima en meta. «Hacía mucho calor, no pude seguir el ritmo, he intentado aguantar todo lo que he podido. Pero esto es parte del juego», declaró Semenya tras la carrera. «Es genial poder correr aquí. El simple hecho de poder terminar los 5.000 metros, para mí es una bendición. Estoy aprendiendo y dispuesta a aprender aún más». Su presencia en Eugene tenía más de reivindicación, de hacer visible su situación. Pero nada hace pensar que algo vaya a cambiar. «Ella tiene el derecho a estar aquí. Si decide competir en una distancia en la que no se aplican las restricciones, es su elección. Será tratada igual que cualquier otro atleta aquí», afirmaba ayer Sebastian Coe , el presidente de la Federación Internacional. «Siempre hemos seguido la ciencia, y la ciencia es clara: la testosterona es el principal factor de rendimiento, y mi responsabilidad es proteger la integridad del deporte femenino». Letesenbet Gidey, plusmarquista mundial y ya con un título en Eugene tras imponerse en los 10.000, fue la dominadora de las series por delante de la kazaja de origen keniata Caroline Kipkirui, de su compatriota Gudaf Tsegay y de la neerlandesa Sifan Hassan.

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