José Luis Alcaine : «Madrid es una ciudad que mira al futuro. Siempre trata de mejorarse»

Hablar con el director de fotografía José Luis Alcaine es hablar, irremediablemente, de la luz de Madrid. Pero también del cine, de aquellas películas cuyos carteles decoran la coqueta cafetería de la Academia respectiva y donde Alcaine cuenta su ciudad. La ciudad que parecía gris para un niño que vino del luminoso Tánger. Aunque hay una luz, la madrileña, que es tan seca, tan perfecta, que permite que los contornos se delimiten. Académico de la de Bellas Artes en San Fernando y multipremiado en los Goya, Alcaine fue uno de los pioneros en usar los tubos fluorescentes en la iluminación fílmica. Una innovación casi poética como reconocen los especialistas. Su Madrid vino escrito por las películas de Fernán-Gómez , Berlanga o Bardem: cuando aquí se hizo lo más parecido al Neorrealismo italiano mostrando los tipos humanos del Rastro, el hambre, y esa teoría de calles que tanto acabó aportando a la visión de un tiempo y una ciudad. Si le pedimos un título de la filmografía universal que por sonoridad le evoque a Madrid, lo tiene claro: 'De aquí a la eternidad'. — Su infancia son recuerdos de un niño tangerino... Yo llegué en 1961, entonces venía de un Tánger que es africano, mediterráneo, muy blanco y muy luminoso. Se me vino encima, tristemente, la imagen de Madrid. En aquella época, Madrid era oscura y grisácea por la contaminación de todas las calefacciones de carbón. Había poca limpieza de edificios. Eso ha cambiado con el tiempo, pero hay que considerar que aquel Madrid era así. Tenía una atmósfera un poco opresiva. — ¿Desde Tánger cómo pensaba Madrid? Trato de no hacerme imagen de ningún sitio al que voy porque te llevas sorpresas. Me pareció una ciudad mucho más importante de lo que era. — ¿Hubo alguna película antes del 61 que le diera alguna idea de lo que era esto? Alguna de Fernando Fernán-Gómez, o de Luis García Berlanga, o de Bardem, 'Esa pareja feliz'. — ¿Qué le evocaban? Descubría cómo era aquel Madrid, cómo era por ejemplo el Rastro, cómo era la avalancha de la multitud en las calles madrileñas, que nunca había vivido. Eso se me quedó. Luego vi la realidad, y tampoco difería tanto. — ¿La ficción imitaba a la realidad? Sí. Estaba muy de moda el neorrealismo italiano que se impuso en España. Había películas como 'Surcos', películas de Fernando (Fernán-Gómez) o de Bardem y comedias que mostraban mucho Madrid, casi más que lo que muestran las películas actuales que tienen algo madrileño. «Fernán-Gómez, en 'La vida por delante', refleja a la perfección un Madrid que se ha perdido»   — ¿Cuál es la película que mejor refleja la capital? 'La vida por delante', de Fernando Fernán-Gómez, refleja a la perfección cómo era un Madrid que se ha perdido. — ¿El cine ha tratado bien a Madrid? Sí. Está muy bien tratada. Tal y como es. La luz de Madrid tiene una característica que, a pesar del tráfico, es que es bastante seca.   — ¿Con qué género cinematográfico asociaría al Madrid de hoy? Quizá con todos. Aparte de eso es una ciudad que mira mucho al futuro. Siempre trata de mejorarse y, como diría un castizo, siempre está 'tirando pa'lante'. — ¿Se puede ser feliz aquí? Claro que sí. La felicidad es lo que uno quiere encontrar y, curiosamente, no se da cuenta de que uno es feliz hasta que pasa esa felicidad y se encuentra con los problemas que le hacen ver que se era feliz. — ¿Qué ingredientes tiene Madrid para la felicidad? El ser de todos. Con mirar a las personas que pasan alrededor ya vale. La gente ya no se mira, no se estudia, tiene la cabeza metida en el teléfono. Es una pérdida de humanidad terrible. — ¿Qué detalle le llega más de la ciudad? La recepción de razas distintas, la diversidad de todas las personas. Notas que hay distintas religiones, razas… eso da un impulso a toda la ciudad muy interesante. — Un lugar que se le venga a la cabeza cuando piensa en Madrid. El Retiro, porque Madrid tiene una característica muy buena que son sus grandes parques. Una consecuencia clarísima de que ha sido el centro de la monarquía y aristocracia. Ha tenido cotos de caza que se han convertido en parques. Esos lugares que no usaba la población han acabado siendo muy importante para ella. — ¿Y algún sitio más recoleto? Cualquier terraza de café que no esté en una calle con coches pasando es estupenda. Alcaine, con los brazos cruzados, dialoga con Ibáñez Serrador en un rodaje CORTESÍA DEL ENTREVISTADO — ¿Qué imagen le desagrada? Posiblemente el excesivo tráfico, los atascos. Eso es lo que más me desagrada de Madrid. — ¿Hay algún cuadro que le motive especialmente? Salvo Antonio López , no se pinta Madrid. Antonio López hace un tipo de pintura excepcional que consigue transmitir el carácter de la ciudad. — ¿Qué añadiría a la Villa si pudiera? No tengo una idea clara, pero mejoraría el tráfico. No veo muchas más cosas. — Un juego. Asocie un título de película con Madrid. Ahora que me lo pregunta, diría que 'De aquí a la eternidad'.

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