domingo, 17 de julio de 2022

Aldeas desalojadas, carreteras cortadas y más de 6.000 hectáreas arrasadas en Galicia

El fuego asuela el monte gallego. A última hora del fin de semana y tras dos jornadas frenéticas, eran casi una veintena los fuegos activos en la Comunidad. Y el recuento señala más de 6.000 hectáreas arrasadas . Los que más preocupan desde que el pasado jueves las tormentas eléctricas desatasen el caos son los de la montaña lucense, donde este domingo seguían ardiendo los focos de Vilamor, Parada de Montes y Seceda, además del municipio orensano de Carballeda de Valdeorras. Ante el riesgo para la población, la Xunta mantiene activa la alerta nivel 2 por proximidad a las casas en un total de siete núcleos de población vinculados a los incendios más voraces, y en los que algunas aldeas tuvieron que ser desalojadas por completo este domingo por la tarde, después de 72 horas dramáticas. La ola de fuegos desencadenada por los seis mil rayos que descargaron sobre la Comunidad mantiene a miles de efectivos a pie de monte y decenas de aeronaves tratan de poner coto a las llamas, que avivadas por el viento y las altas temperaturas habían consumido a última hora miles de hectáreas. Desde el terreno, uno de los técnicos de distrito desplazados al fuego de O Courel aseguró que la orografía de la zona, «con pendientes acusadas» a las que solo pueden llegar medios aéreos, dificulta el control. Tampoco están ayudando los vientos ni las altas temperaturas, que potenciaron el alocado avance de la lengua de fuego ante el desconsuelo y la impotencia de los vecinos. Ese giro inesperado del aire fue el que reactivó el fuego en Carballeda de Valdeorras, parroquia de Riodolas, donde son 2.400 las hectáreas afectadas. En esta zona fue necesario desalojar a población de las parroquias de Domiz y Candeda, donde incluso llegaron a arder varias viviendas pese a que se desplegaron siete aviones y siete helicópteros, además de 63 brigadas y 31 motobombas. El polvo y la amenaza de las llamas también hizo necesario cortar varias carreteras tanto en O Barco de Valdeorras como en A Pobra de Brollón, en la provincia de Lugo. Este municipio es otro de los puntos negros en el mapa de la Comunidad, con dos focos en la parroquia de Sáa. Las hectáreas afectadas rondan las 800. En la misma provincia, Folgoso do Courel arde desde el jueves con un saldo estimado de casi 2.500 hectáreas ennegrecidas. En Vilamor hay dos focos que suman 1.300 hectáreas y las llamas fueron capaces, según reconoció su alcaldesa, de cruzar de una ladera a otra del monte, inutilizando los cortafuegos. En Seceda, otra de las parroquias afectadas, eran 1.100 las hectáreas calcinadas, con efectivos de la UME tratando de controlar los distintos frentes que se declararon. Muchos de sus vecinos huyeron a poblaciones cercanas al ver cómo se agravaba la situación en cuestión de horas. En Quiroga, con tres focos declarados, la suma de hectáreas asoladas era de 350 hectáreas en el último parte de Medio Rural, que daba dos por controlados. Pero los incendios no solo se concentraron en el interior gallego, en Rodeiro (Pontevedra) ardieron 200 hectáreas y en Vilariño de Conso (Orense) 160 hectáreas se quemaron en el parque natural de O Invernadeiro. La lista sigue con Ribadavia (65 hectáreas), Cervantes, Palas de Rei y Antas de Ulla, todos por encima de las 20 hectáreas. En Oímbra, además, se declaró una situación 2 por un fuego que cruzó desde Portugal y que aún no había sido perimetrado. Aunque no hay que lamentar daños personales, el Gobierno gallego sí informó de dos bajas en la plantilla de brigadistas que estos días luchan cara a cara con las llamas. Al primero de ellos le cayó encima una piedra mientras realizaba labores de control del fuego. El otro sufrió quemaduras en un pie, pero ninguno reviste gravedad. Los fuegos tienen ya derivada política: el BNG exige la comparecencia urgente en el Parlamento del conselleiro José González. Los cambios de viento fueron a lo largo de la jornada de este domingo el principal obstáculo a combatir, además de las altas temperaturas. No lo tuvieron fácil los servicios de extinción en la montaña lucense, donde reconocieron estar «desbordados». En A Pobra do Brollón, el alcalde de la localidad, José Luis Maceda, lamentó la magnitud de lo sucedido, resaltando que Saa tiene «una riqueza forestal impresionante, una de las mayores del sur de Lugo, enfatizó para reflexionar finalmente que «lo verdaderamente importante» es que no hay que lamentar daños personales y que «no ha ardido ningún núcleo de población». Bajo control o directamente extinguidos están ya, atendiendo a los informes do Medio Rural, los hasta 54 focos provocados por rayos entre las 20 horas del jueves y las 8 horas del viernes. En ese marco temporal hubo cuatro horas en la que se produjeron la mayoría de los incendios, 41 fuegos, entre las 20 horas del jueves y la medianoche.

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