sábado, 22 de febrero de 2020

Una segunda vida para Chris Froome

«Estoy feliz de tener una segunda oportunidad». Habla Chris Froome, el ciclista criado salvaje en Sudáfrica, nacido en Kenia, nacionalizado británico y residente en Mónaco, que ha ejercido de jerarca en el Tour (lleva cuatro victorias) en los últimos tiempos y que luce dos estrellas en la Vuelta (2011 y 2017) y una en el Giro (2018). Se mira en el espejo de su segunda vida, que empieza hoy en el Tour de los Emiratos Árabes. Hace ocho meses que padeció una caída tan pavorosa (fractura de cadera, fémur, codo y varias costillas), tan comprometedora para su futuro profesional, que hoy, el día de su reaparición a los 34 años, no queda despejada la duda. ¿Volverá a ser el mismo? «Froome se ha fijado en mí. Me lo dijo en el hotel», afirma Alejandro Valverde, quien pasó por una experiencia semejante en el prólogo del Tour 2017 al destrozarse la rodilla contra una valla. Froome, tipo caballeroso, educado y flemático inglés que practica las formas de lo políticamente correcto, comnetó ayer en Dubái. «Es como volver de cero, estoy realmente emocionado de estar aquí. Espero estar al nivel correcto». Declaraciones que a nadie provocarán pálpitos, tan alejadas de Nairo Quintana y su estilo taciturno con retranca, Valverde y su mensaje lúdico-festivo o Peter Sagan y su voz estrepitosa y carismática. Froome siempre queda bien. Hace ocho meses vivió el episodio espasmódico de su vida. Reconocía la contrarreloj del Dauphiné Liberé en Roanne y se estrelló en una suave bajada urbana. Protagonizó una secuencia de secretismo estilo Fórmula 1. Paneles para tapar el estropicio entre la ambulancia y el coche Ineos, ausencia de fotos, evacuación en helicóptero y una operación de ocho horas en el hospital de Saint Etienne. Varias noches en la unidad de cuidados intensivos antes de regresar a su hogar fiscal en Mónaco en compañía de Michelle, su mujer, activa y punzena tuitera en las redes sociales. Fuera del Tour Pese a su ausencia, el Ineos ex-Sky volvió a ganar el Tour con su cuarto pasajero (Wiggins, Froome, Thomas y Egan Bernal) y nadie echó de menos a Froome y su insufrible vagón de estrellas gregarias con sueldos inalcanzables para el resto. Un mes después de la caída, el inglés ganó una Vuelta a España en el laboratorio. La muestra descongelada de Juanjo Cobo le otorgó la victoria en la ronda española de 2011, ocho años después de quedar segundo. En septiembre aún circulaba con muletas y en el universo sigiloso de Ineos navegó el Telegraph para sacar una declaración a Froome. «Hago el 80 por ciento de la potencia con la pierna izquierda, el 20 con la derecha». En las redes sociales, los trolls acosaron a Froome, buscando relación entre su lesión silenciosa y el trance con el salbutamol del que fue exonerado en la Vuelta 17. Obstáculos que ha salvado para llegar hasta hoy. En Dubái arranca su preparación para llegar en forma al Tour y elevar su nombre en el club del 5 junto a Anquetil, Merckx, Hinault e Induráin.

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