sábado, 29 de febrero de 2020

La polémica cuarentena a la carta del Valencia

En los aledaños de Mestalla, los aficionados se tomaban con normalidad el partido del coronavirus, como algunos denominaron al Valencia-Betis de ayer: «Se ha exagerado demasiado con las medidas de control. Nos daremos abrazos, cariño y besos. Todo como siempre», explicaban aficionados del Valencia. «Hemos pedido un coronavirus en la barra y nos han dicho que no había...», contaban con guasa hinchas del Betis mientras se tomaban algo en una terraza en los instantes previos al duelo. «Tampoco vamos a llevar mascarilla. Eso solo en el Sánchez Pizjuán...», añadían en tono de broma. Mestalla presentó ayer una entrada de 37.418 aficionados sobre un aforo de 48.000, la asistencia más baja de la temporada, pero los motivos parecían más deportivos que de salud, con un Valencia que encarrilaba un mes sin ganar. No se vio a nadie con mascarilla entre las gradas del feudo ché, ni hubo mención alguna a través de cánticos o pancartas. Como en cualquier otro partido, los hinchas del Valencia fueron a ver ganar a su equipo, y así sucedió, cortando la mala racha. A pesar del gran encuentro del Betis, que coleccionó media docena de claras oportunidades y practicó un fútbol atractivo, los de Celades fueron más contundente ante portería gracias a los goles de Gameiro y Parejo. El tanto en el 93 de Loren solo maquilló una derrota que deja a Rubí al borde del despido, y al Betis más cerca del descenso que de posiciones europeas, con el Real Madrid y el Sevilla como próximos rivales: «No tengo reproche a mis futbolistas. Voy a seguir peleando por revertir esta situación», aseguró el técnico verdiblanco. «Tenemos que corregir los errores porque nos están matando», reflexionó Canales. El jugador del Betis, junto al propio Rubí, fueron los dos únicos protagonistas del partido que dieron explicaciones públicas tras el mismo. En el Valencia, ni antes ni después hubo contacto alguno de los jugadores o del cuerpo técnico con los medios de comunicación. Ni flash interview, ni rueda de prensa ni zona mixta, unas medidas extremas tomadas tras conocerse el caso de Kike Mateu, periodista que realiza el día a día del Valencia, que se desplazó a Milán para cubrir el partido de Champions contra el Atalanta, y que hace tres días le fue diagnosticado coronavirus. De hecho, incluso los jugadores no convocados, que habitualmente siguen el partido desde el palco presidencial, acudieron a un palco privado de Peter Lim, dueño del club, para evitar estar entre la multitud y alejados por completo de los periodistas. Unas medidas, para muchos desproporcionadas, que el Valencia justifica por las recomendaciones de Ana Barceló, la consejera de sanidad de la Generalitat Valenciana, y que podrían ampliarse de cara a la vuelta de Champions contra el Atalanta de dentro de diez días. Cuarentena a la carta.

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