martes, 25 de febrero de 2020

Casado insta al PP a «forjar» la unión con Ciudadanos, frente a los recelos de Feijóo

La tormenta política del PP vasco y la dimisión de Alfonso Alonso como presidente han dejado una herida dentro del partido, aún poco visible por la proximidad de las elecciones en Galicia y el País Vasco. Pero la disputa interna a cuenta de los posibles acuerdos con Ciudadanos continuó, y ayer fue evidente que la defensa cerrada de Casado de avanzar hacia la reunificación choca con el rechazo de Alberto Núñez Feijóo. Si ayer quedaba alguna posibilidad de que el PP y Ciudadanos llegaran a algún tipo de acuerdo en Galicia, mediante la integración de algún dirigente del partido de Arrimadas en las listas de Feijóo, quedó prácticamente difuminada. La portavoz de Ciudadanos aseguró a primera hora que las fórmulas para sumar debían respetar después la autonomía de su partido en los parlamentos. Y Feijóo dejó claro que el PP no puede ser el «vehículo» para que un partido casi inexistente en su tierra como es Ciudadanos logre escaños, y acto seguido se desmarque de los populares para pasarse al grupo mixto, e incluso los deje en minoría. Ciudadanos, insistió, no puede usar al PP para obtener escaños y luego «desunirse a los cinco minutos». En un desayuno informativo en Madrid, organizado por Nueva Economía Fórum y presentado por Francisco Vázquez, con la presencia de Pablo Casado y Teodoro García Egea, el presidente de la Xunta y candidato a la reelección en Galicia fue nítido a la hora de mostrar sus dudas sobre las coaliciones con Ciudadanos, de quien recordó que cambia de opinión demasiadas veces y que, además, fue el «germen» de la moción de censura contra Rajoy. Feijóo subrayó que esta Galicia de 2020 «no es la parcela de antaño, con siglas yuxtapuestas y coaliciones ficticias». «La unidad no es de siglas huecas», advirtió el presidente autonómico, al hablar del pacto del PP y Ciudadanos en el País Vasco. El presidente gallego había mostrado su apoyo a Alfonso Alonso en todo momento, y ayer le invitó incluso a «reconsiderar» su dimisión. Para redondear su posición discrepante con la línea oficial del PP, a favor de las coaliciones y los acuerdos con Ciudadanos, Feijóo criticó con dureza la política de «bloques», y prometió que en Galicia intentará poner fin a esa dinámica. Después de hacer visible todos sus recelos, prometió ante Casado que seguirá hablando con Ciudadanos «hasta el final». «En lo que de mi dependa y el partido me pida, intentaré que fructifiquen en los próximos meses acuerdos sólidos, leales y sinceros entre Cs y el PP porque creo que es bueno para nuestro país», aseguró. Un paso «fundamental» Después de escuchar a Feijóo, Casado elogió al presidente gallego, «el mejor que ha tenido Galicia». Pero el líder del PP defendió que su proyecto pasa por volver a aglutinar el espacio del constitucionalismo, y por eso ve fundamental que Ciudadanos y el PP «por primera vez» sean capaces de «forjar una coalición preelectoral». «Es un proyecto fundamental. Tenemos que ir juntos cuando se convoquen las generales y estas elecciones en País Vasco y Galicia eran un paso fundamental para llegar a ese objetivo», avisó. En este contexto, fuentes de Ciudadanos reconocieron ayer por la tarde que las posibilidades de un acuerdo en Galicia son, ahora mismo, prácticamente inexistentes. En una entrevista a primera hora de la mañana, en RNE, la portavoz de Ciudadanos (Cs) en el Congreso, Inés Arrimadas, ya lanzó un guante al presidente de la Xunta. En privado aguardan la llamada de Feijóo, pero en público ya le invitan a seguir buscando fórmulas de «suma» que respeten la «autonomía» de Cs como proyecto político diferenciado. La coalición por la que abogaba Arrimadas ya es imposible, dado que el plazo para registrarla concluyó la semana pasada. Pero Cs está convencido de que se puede todavía buscar una vía intermedia entre la coalición frustrada y la «integración» a la que sí accede el barón popular. Fuentes de la gestora hablan de una coalición de facto que, sin embargo, pasa por la incorporación de políticos de Cs a las listas del PP. Entretanto, los liberales celebran primarias en el País Vasco y en Galicia, de las que bien podría surgir el candidato a presidir la Xunta o el primero en agregarse a las listas del PP. Lo que reclama Arrimadas es una integración que, a la postre, acepte la disgregación. «Todavía podríamos estar a tiempo de encontrar alguna fórmula que sume en Galicia», confió ayer, aunque el PP gallego no parece dispuesto a plantearse ceder huecos de su lista para después perder control sobre los escaños ocupados por miembros de Cs. «En Galicia la coalición no ha salido adelante, pero las negociaciones siguen adelante», apuntó en los pasillos del Congreso el portavoz adjunto de Cs en la Cámara Baja, Edmundo Bal, en la misma línea defendida por su portavoz. Desde la gestora sostienen que Cs se «presentará» y que para eso debe tener su espacio e independencia; por lo que las conversaciones siguen en un punto muerto. Si la única oferta es la «absorción», amenazan, Cs presentará su propia candidatura.

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