viernes, 28 de febrero de 2020

Lady Kitty Spencer: «Guardo pocos recuerdos de mi tía Lady Di»

Cuando le extienden la mano para saludar ella directamente planta dos besos como si no fuera inglesa y el coronavirus no campase a sus anchas. Tiene una sonrisa cosida a los labios que solo de deshace para pronunciar una y mil veces «thank you». Y al mirarla directamente a los ojos, azulísimos, uno no puede evitar el ver en ella a su tía Lady Di. Kitty Spencer (29 años), hija de Charles, IX conde de Spencer y la exmodelo Victoria Lockwood, aterrizó el martes en Málaga para presentar la potente campaña «Have a great day» con la que Puerto Banús celebra su 50 aniversario y pretende conectar con el público millennial de alto poder adquisitivo. Se ha alojado en el hotel Marbella Club junto a su representante y durante dos días ha estado al pie del cañón, grabando 12 horas diarias un spot por las calles de Puerto Banús enfundada en coloridos estampados de Dolce & Gabbana, marca para la que trabaja como imagen. En las paradas para almorzar suele optar por las ensaladas, le pierde la de quinoa, y aprovecha para echar un vistazo a su Instagram, donde reúne a medio millón de seguidores. Sus formas son exquisitas en todo momento. Y su acento, a pesar de que durante los últimos ocho años ha vivido en Londres, delata que se crió y pasó buena parte de su juventud en Sudáfrica. El jueves por la mañana, a 20 grados y con un sol impropio de estas fechas, Kitty se encontró con los medios. Veinte minutos más tarde de lo previsto, irrumpe con un vestido verde frente a la torre de Puerto Banús, acompañada por Juan Nuñez-Insausti, consejero delegado de Puerto Banús. Los fotógrafos luchan por la mejor foto, llamar la atención y se oye un «hello, Kitty» que arranca la carcajada. No se puede preguntar por su primo Harry, ni por el Brexit, ni por su prometido el magnate sudafricano Michael Lewis, 30 años mayor que ella y por el que se acaba de convertir al judaísmo para casarse. Sí por su tía. «¿Qué recuerdos de la infancia tienes de Lady Di?» «La verdad es que muy pocos porque yo era muy joven», declara Kitty. Concretamente 4 años cuando Diana se dejó la vida en el parisino Puente del Alma. Dos años antes del accidente, en 1995, el hermano de Diana decidió mudarse a Ciudad del Cabo para huir de la presión mediática con su mujer y sus cuatro hijos: Kitty, Amelia, Eliza y Louis. El matrimonio se divorció en 1997. Charles regresó a Londres y ella se quedó con su madre en Sudáfrica. Kitty está encantada en nuestro país y con su nueva faceta como imagen de Puerto Banús: «Ha sido una experiencia fantástica. En Londres está nevando y aquí estoy con un vestido de verano en febrero. Si pierdo mi avión esta noche no pasa nada». Reconoce que es su primera vez en Marbella. «Tengo amigos que suelen veranear aquí, pero para mí es la primera vez. Lo que más me ha gustado es la Ciudad Vieja, las paredes con flores, las calles de compras... Y el tiempo», recalca. En cuanto a la gastronomía, destaca «la fruta fresca de la zona». Kitty confiesa que se siente muy identificada con los valores de Puerto Banús, «sofisticación y autenticidad». «Es un lugar asociado a personas que admiro como Grace Kelly, Brigitte Bardot o Audrey Hepburn». Respecto a sus rutinas de belleza para estar siempre perfecta, se quita mérito y lo atribuye todo al «buen hacer de su equipo de maquilladores». Kitty ya tiene agendada su próxima visita a Puerto Banús. Será en julio, cuando regrese para asistir a la gran fiesta del 50 cumpleaños de este exclusivo puerto e imán de una intensa vida social.

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