Es la Liga más «barata» de la última década. Real Madrid o Barcelona serán campeones con una cifra que rondará los 80 puntos. Los dos equipos han perdido potencial. Se acabaron las Ligas de los cien puntos, alimentadas por el combate irrepetible entre Cristiano y Messi. El portugués ya no está y el conjunto blanco lo acusa con una pérdida clara de goles. El argentino persiste y sostiene a un cuadro azulgrana mucho más débil. Hoy, los dos colosos se enfrentan en un duelo desigual en la relevancia del partido. Para Zidane es una final. Si pierde, el Barcelona obtendría una ventaja de cinco puntos que serían seis con la diferencia de goles particular. El empate mantendría sus opciones. Y la victoria le devolvería el liderato perdido hace una semana en Valencia. Ese es el reto del entrenador francés. Sus hombres necesitan un triunfo para reafirmarse. Los futbolistas del Real Madrid piensan que ganar hoy acabaría con las incógnitas sembradas por tres derrotas, ante la Real Sociedad, el Levante y el Manchester City, en tres competiciones distintas. El capitán, Ramos, ha hecho un llamamiento a la afición para que apoye al equipo. Admite el sevillano que obtienen mejores resultados a domicilio que en casa por la presión del Bernabéu y quiere cortar con esa tendencia. Es una realidad que se ha repetido en lo clásicos. Zidane nunca ha perdido en Barcelona y ha caído dos veces en Chamartín en Liga. Es el mundo al revés. La plantilla blanca quiere ponerlo del derecho. «Unidad», pide Zidane a la afición «Cabeza y corazón», ha pedido Ramos a sus compañeros ante la final de esta noche. «Todos unidos», ha añadido Zizou, en un mensaje que extendía a los seguidores. El central madridista es protagonista en lo positivo y en lo negativo. Ya es el profesional más veces expulsado en la Liga y en la Champions, aunque frente al City se vio obligado a derribar a un rival como último defensor, por un error de Casemiro. Hoy vuelve a verse las caras con su peor enemigo, Messi. Los dos capitanes son los plusmarquistas en clásicos desde hace tres lustros. El andaluz volverá a encargarse de frenar al argentino, el marcaje más difícil de la carrera de cualquier central. «Juegan Kroos y diez más» Las claves del encuentro, no obstante, no estarán solo en este combate individual. Miden sus fuerzas dos técnicos que quieren la posesión. Toni Kroos será titular en el Real Madrid con el fin de recuperar el control de mando, perdido frente a las huestes de Guardiola. «Juegan Kroos y diez más», señalaba ayer un profesional del club, para otorgar relevancia al retorno del verdadero director de juego madridista. Bale o Vinicius es la incógnita del ataque local. El joven brasileño ha sido el mejor jugador madridista en los últimos envites y se ha ganado el protagonismo en el once. La duda es si Zinedine volverá a alinearle de salida o si esta vez le reservará para la segunda parte, con el fin de aprovechar el desgaste físico del adversario. En esta hipótesis, Bale regresaría a la titularidad. El británico únicamente suma tres tantos esta temporada, lastrado por sus constantes bajas, pero es un delantero con olfato de gol, el mayor problema de Zizou. La entrada de Mariano en la convocatoria y el descarte de Jovic hace presagiar que el tanque hispanodominicano será otra carta blanca para la delantera en el segundo tiempo. Hasta ahora solo ha intervenido en dos partidos, 44 minutos, en la Supercopa de España. Sería su estreno en esta Liga. Su potencia en el remate de cabeza se hace necesaria en un esquema que no posee un ariete puro.De Deportes https://ift.tt/3cm8hc7
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