Sánchez amenaza a Madrid con impuestos

La obsesión de la izquierda española con colectivizar el fracaso y penalizar el éxito ajeno ha hecho que Pedro Sánchez a amenace a la Comunidad de Madrid con una subida de impuestos. Desde su atalaya en la Moncloa, el presidente se ha permitido tachar de «desleales» a todos los madrileños y anunciarnos una «armonización» tributaria para subir impuestos que prácticamente habíamos eliminado, como los de Sucesiones y Donaciones. Madrid se ha convertido por méritos propios en el corazón de la economía nacional. Además de liderar la creación de empleo y la captación de inversiones, Madrid recauda más e invierte mejor en servicios públicos gracias a una política fiscal contenida. El esfuerzo diario de las familias, los autónomos y las empresas nos permite prosperar sin dejar de ser la región más solidaria con el resto de España, al aportar 7 de cada 10 euros ingresados en la caja común. Como madrileños, estamos orgullosos de tirar del carro de nuestro país, de contribuir a la construcción de una España mejor. Somos la antítesis, en términos de crecimiento, libertad y atracción de talento, de la Andalucía socialista que ahora remonta el vuelo gracias a un nuevo gobierno o de la Cataluña independentista que los socios de Sánchez han dejado al borde del abismo tras un rescate de 75.000 millones de euros. Los datos son tozudos. El modelo liberal que Ciudadanos impulsa desde el Ejecutivo de la Comunidad de Madrid funciona. Hoy, somos referencia en políticas públicas gracias a medidas como la gratuidad de los libros de texto, el refuerzo de la Sanidad y la atención a la dependencia o el futuro abono transporte a coste 0 para nuestros mayores. Y solo acabamos de empezar. Pero, en lugar de imitarnos, Sánchez pretende hacernos descarrilar negándonos los fondos que nos corresponden y amenazándonos con subir los impuestos. Su alergia patológica al éxito madrileño solo se entiende desde el sectarismo ideológico. La izquierda –también la madrileña– no quiere entender que estrangular Madrid a base de impuestos provocaría un aumento inmediato del paro y el estancamiento de la economía nacional. La solución a los problemas de España no pasa ni por ceder al chantaje del nacionalismo ni por gripar el motor económico y social del país, sino por copiar las políticas que nos permiten competir con las regiones punteras de Europa. ¿Por qué no extender a Extremadura, Aragón o La Rioja las ventajas de las que ya disfrutamos aquí? ¿Acaso sus habitantes merecen menos? Los bolsillos de los madrileños no son ni la hucha particular del PSOE ni su fondo de reserva para pagar los favores que debe a los independentistas por el alquiler de la Moncloa. Pedro Sánchez debe rectificar y volver al camino de la lealtad institucional. Si así lo quiere, está a tiempo de tomar la dirección correcta para permitir que todas las comunidades autónomas prosperen como lo hace Madrid, con más servicios, más libertad y menos impuestos. Si lo que pretende es atacar a los madrileños, tendrá a Ciudadanos enfrente.

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