viernes, 28 de febrero de 2020

Setién y la posesión estéril

Quique Setién disfrutará de su primer clásico desde el banquillo a los 61 años. El veterano entrenador del Barcelona afronta el partido contra el Real Madrid con la tranquilidad que le otorga haber ganado en el Bernabéu en sus dos últimas visitas con el Betis, la ilusión por poner tierra de por medio en la clasificación respecto al equipo blanco si consigue sumar los tres puntos, pero cuestionado por el juego que practica su equipo a pesar de las promesas de diversión que hizo cuando fue presentado. «Honestamente, y después de los últimos partidos del Barcelona, no he visto ninguna mejoría desde que echaron a Valverde y se trajo a Setién. Todo esto viene de una mala planificación del club que se agravó más aún en enero, con la salida de algunos futbolistas y sin casi refuerzos», denunció Rivaldo, exjugador del Barcelona. El partido ante el Nápoles marcó un antes y un después en las expectativas culés. El planteamiento de Setién, con posesiones estériles y escasas ocasiones de gol, colmaron la paciencia de la afición. 818 pases en San Paolo, la mayor cifra como visitante esta temporada en la competición continental, y un solo disparo han sido cuestiones suficientes para dudar de su sistema, que no ha mejorado los números de Valverde. Incluso la lapidaria queja de Messi («No nos da para ganar la Champions») le deja contra las cuerdas. No obstante, no piensa arredrarse Setién, fiel a su filosofía. Si quiso implementarla en Las Palmas o en el Betis, con menos posibilidades, no tiene intención de renunciar a ella en el Barcelona. Su formación cruyffista y su testarudez le guiaron el pasado miércoles al Bernabéu para ver desde el palco el partido entre el Madrid y el City, movido en parte por espiar «in situ» a su próximo rival en Liga, pero con el objetivo prioritario de verse después con Guardiola, el heredero natural de Cruyff. En ese café que compartieron tras la victoria del equipo inglés en la Champions seguro que se gestó buena parte del planteamiento que mañana presentará el entrenador azulgrana. No hay que olvidar que Guardiola es el técnico que más veces ha ganado (6) en el Bernabéu. Gran aficionado al ajedrez, disfruta de la cosmopolita vida que le ofrece la Ciudad Condal, pero evita salir mucho a la calle porque «es un problema». «No avanzo; hay cosas con las que tengo que ir mentalizándome», asegura. Ha cambiado la tranquila vida en Santander, donde paseaba con las vacas hasta que Bartomeu le reclutó, por la intensidad de entrenar a uno de los clubes más mediáticos del mundo, aunque se relaja «planchando y arreglando la casa». Trata de abstraerse de la presión viendo jugar a su hijo Laro, que milita en el Sant Andreu (Tercera división) cada vez que puede. Mañana, 650 millones de aficionados estarán pendientes de él y de sus decisiones. Es el gran examen de su vida.

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