jueves, 27 de febrero de 2020

El independentismo catalán y vasco «salva» el techo de gasto

La mesa entre el Gobierno central y el Govern del pasado miércoles fructificó ayer permitiendo que el Congreso aprobara el techo de gasto y la senda de déficit del Ejecutivo, primer paso hacia los Presupuestos Generales del Estado de 2020 y 2021. Una votación que salva la legislatura de Pedro Sánchez y que pudo medrar gracias a la abstención de ERC y EH Bildu. «No nos gusta su techo de gasto ni su senda de déficit, como no nos gusta que no paguen los más de 400 millones que nos deben de IVA. Pero ERC ha venido a Madrid para resolver un conflicto político», aseveró el diputado de ERC, Joan Margall ante la ministra de Hacienda y portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, acabando tal que así: «Hoy con nuestro voto le damos margen político». Los números dieron, aunque Montero tuvo incertidumbre hasta el final. «Menos mal», se leyó en sus labios al conocerse el resultado de la votación. EH Bildu mantuvo en tensión al Gobierno hasta el final. Pero el techo se saldó con 164 apoyos ( PSOE y Unidas Podemos, PNV, Más País, Compromís, Nueva Canarias, Coalición Canaria, PRC y Teruel Existe), 150 noes (PP, Vox, Cs, JpC, CUP, UPN y Foro Asturias) y 19 abstenciones (ERC, EH Bildu y BNG). Sánchez gana así dos apoyos más, los de CC y PRC, en comparación a los que obtuvo en la investidura. Resuelto en el Congreso, ahora deberá ser el Senado el que dé el visto bueno a las cuentas. La negociación del PSOE los días previos con los nacionalistas catalanes (con el partido liderado por Oriol Junqueras) y vascos fue determinante. A primera hora, el portavoz en el Congreso de ERC, Gabriel Rufián, había anticipado de forma lapidaria, ante la pregunta de si su grupo se abstendría, que «ERC siempre cumple sus acuerdos». EH Bildu, por su parte, aunque finalmente se abstuvo, seguía negociando con el PSOE su voto antes de arrancar el Pleno. «Ayer (por el miércoles) nos reunimos para acercar posturas» de cara a los PGE, señalaron fuentes del grupo. Una cita en la que estuvieron presentes la portavoz del PSOE en el Congreso, Adriana Lastra; el secretario general del grupo socialista, Rafael Simancas, y la portavoz fiscal, Patricia Blanques. Por parte de Bildu, su portavoz, Mertxe Aizpurua, y el portavoz de Hacienda, Oskar Matute. Éste último aseguró ayer al término de la votación que la interlocución con el PSOE «es continua» y que seguirán «haciendo política para la gente», satisfecho de que el PSOE aceptara subir el techo de gasto de los ayuntamientos. Al igual que en la investidura, la portavoz de JpC, Laura Borràs, se mostraba inamovible del voto en contra. Al final del Pleno, Bel y Borràs justificaron su negativa. «Si para que la mesa continúe piensan que se le tiene que votar todo a favor se equivocan», señaló Bel, que atacó a ERC, a quien acusó de regalar su apoyo al Gobierno: «Hay formaciones dando muchos votos gratis, ellos sabrán», atizó. Por su parte, Margall había reiterado previamente desde la tribuna que no les gustaba «ni el techo gasto ni su senda de déficit», pero que se abstendrían para «dar una oportunidad a la mesa de negociación» de gobiernos. Las cifras tras el techo de gasto fijan un aumento del 3,8% del desembolso no financiero hasta los 127.609 millones de euros, con unas metas de déficit que relajaban la anterior del -0,5% del PIB en 2020 para elevarla al -1,8% este año, el -1,5% en 2021, el -1,1% en 2022 y al -0,9% en 2023. «Mejor para Cataluña» La ministra de Hacienda y portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, señaló que «esta senda de estabilidad es mejor para Cataluña», al suavizar la meta de déficit para las comunidades del 0% vigente al -0,2% del PIB, lo que supone «más de 2.000 millones». Y, más allá de los números, la ministra lanzó un mensaje dirigido «sobre todo a JpC», que de poco sirvió. «A JpC se me ocurren muchas razones que decirles para no bloquear esta senda, pero quizá la más importante es que estamos encauzando un problema político pero con la que no podemos afrontar los problemas cotidianos», abundó la ministra. El esfuerzo no fue suficiente para recabar el apoyo del partido de Quim Torra. El portavoz de JpC, Ferrán Bel, se opuso a la senda de déficit y el techo de gasto. «Nuestra posición de hoy no presupone para nada nuestro voto a los Presupuestos Generales del Estado (PGE). Se debe desvincular de la mesa de diálogo, porque si no alguien puede pensar que para que continúe la mesa debemos votarle todo a favor», advirtió Bel. La ministra Montero también anunció que flexibilizará la regla de gasto, el tope que limita el desembolso a una tasa ligada al crecimiento, permitiendo «más inversiones sostenibles, incorporando los gastos plurianuales y mayores conceptos como gastos para evitar despoblación o educación», entre otros. Ello permitirá gastar más a las comunidades y ayuntamientos con superávit, aunque compromete acelerar la reducción del déficit conjunto de las administraciones.

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