viernes, 28 de febrero de 2020

El peligroso deseo de Bartomeu

La contradictoria relación que mantienen Neymar y el Barcelona ha vivido un nuevo y polémico capítulo que pone en evidencia la dicotomía en la afinidad que mantienen el club y el futbolista. El paulista, que este pasado verano estaba dispuesto a regresar al Camp Nou y movió hábilmente sus hilos dentro del vestuario culé para que los pesos pesados presionaran a Bartomeu, ha vuelto a demandar al Barcelona en un gesto que encona a la directiva azulgrana y dificulta de nuevo su hipotético retorno a la Ciudad Condal. Neymar le reclama ahora 6,5 millones de euros al club catalán por las contingencias fiscales que tuvo que afrontar como persona física por los contratos ficticios de su fichaje, según publicaba El Mundo. Es la tercera demanda del brasileño desde que decidió abandonar el Barcelona en 2017 abonando su cláusula de rescisión (222 millones) para firmar por el PSG. En esta última denuncia, los abogados del atacante consideran salario las cantidades de los contratos que firmó para poder vestirse de azulgrana y exigen las cantidades derivadas por el cambio de tributación por este efecto. Ya son 38,6 millones de euros los que Neymar le reclama al Barça después de las denuncias cruzadas que entidad y futbolista mantienen. Según ha podido pulsar ABC, el club azulgrana no tiene intención de abonar esta última cantidad. Hay que recordar que desde la fuga del delantero se activó una lucha entre las dos partes por la prima de renovación por la que ambos pactaron 43 millones de euros. Cruce de demandas El Barça le había abonado en el momento de la firma 14 millones y acordó transferirle los 29 millones restantes en septiembre de 2017. La marcha del futbolista a París de forma inesperada y abrupta provocó la paralización de la operación (además del desconcierto y del enfado del barcelonismo), motivo que activó la demanda de Neymar. Los abogados del club contraatacaron con la reclamación de 75 millones de euros por incumplimiento de contrato. Hubo un leve periodo de tregua durante este pasado verano, cuando Neymar intentó regresar al Barcelona y Bartomeu escuchó sus suplicas, empujado por los pesos pesados del vestuario. «Messi pidió la vuelta de Neymar a Bartomeu, pero no le presionó. Para mí es una gran diferencia. Y tampoco digamos que fue en tono beligerante. Fue una propuesta, una idea que él aportó como beneficio para el club, para el equipo. Directamente, fue para Bartomeu. A mí me lo comentó un día que quedamos con Leo», admitió hace unos días Jordi Mestre, vicepresidente deportivo que dimitió a principios de temporada. Precisamente, la marcha del directivo estuvo causada por el interés del presidente en recuperar a un futbolista que ridiculizó a la junta y a la entidad con su marcha al PSG. Un malestar que se hizo extensivo al resto de sus compañeros del órgano rector de la entidad catalana. Varios miembros trataron de hacer ver a Bartomeu el error de endeudarse para lograr el retorno de un futbolista que había traicionado al club y que le había llevado a los tribunales. Es más, hubo un directivo de peso que le echó en cara al presidente que Neymar solo había generado problemas extradeportivos y judiciales, uno de ellos la dimisión de Sandro Rosell. Su retornó generó rechazo Mestre, que se marchó por divergencias en la gestión de la parcela deportiva y ante la posibilidad de que Neymar regresara, diseccionó la posibilidad. «Tendría que hacer un acto de contrición, fustigarse, pedir perdón, asumir su error y por supuesto llevar una vida casi monacal», aseguraba recientemente. Un argumento que hace suyo la masa social culé, muy dividida ante la posibilidad de su vuelta. Muchos anteponen el orgullo al hipotético buen rendimiento del futbolista, que también ha vivido polémicos episodios en París. La nueva demanda de Neymar entierra muchas posibilidades de que Bartomeu trate de recuperarlo, aunque él quiere.

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