Desde que el sorteo de octavos de la Liga de Campeones emparejó a Nápoles y Barcelona se reavivó el debato sobre el bicefalismo que existe entre los partidarios de Diego Armando Maradona y los defensores de Leo Messi. El Pelusa es un ídolo en Nápoles, donde llegó en 1984 y devolvió el orgullo a una ciudad acomplejada futbolísticamente. Ganó los dos únicos scudettos (1987 y 1990) que brillan en la vitrinas del club Gli Azzurri y le colocó en Europa conquistando la UEFA (1989). Existía curiosidad y cierto punto litúrgico en ver a Leo Messi en San Paolo, el templo de Maradona. Los mitómanos estaban expectantes por extraer conclusiones y seguir estableciendo unas comparaciones que se iniciaron cuando la Pulga ganó su primer Balón de Oro. Habían pasado más de 36 años desde que Maradona había abandonado el Barcelona (58 partidos y 38 goles) para fichar por el Nápoles pero su espíritu seguía vivo por todos los rincones de la ciudad. Messi aterrizaba en el aeropuerto de Capodichino con un desbordante palmarés individual y colectivo. No obstante, el rosarino se encalló en San Paolo. Llegaba de marcar cuatro goles ante el Eibar, liderando el Pichichi y sosteniendo al Barcelona en Liga y en Europa. Un disparo muy desviado (min.8) y un contraataque desbaratado por Manolas (min.26) fue su único bagaje en la primera parte, en la que el Barcelona no disparó ninguna vez entre los tres palos ni generó ninguna ocasión de peligro. Participó más en la segunda parte, aunque la jaula que le diseño Gattuso surtió su efecto. No estuvo efectivo en los pases y vio una amarilla por una jugada peligrosa en la que le clavo, involuntariamente, los tacos en el pecho a Ospina. El portero pudo seguir jugando aunque dolorido. Fue Antoine Griezmann el que asumió el protagonismo al lograr el gol del empate. El francés, criticado desde que ficho por el Barcelona, ya suma 14 goles esta temporada, dos de ellos en la Champions League. Al que le hizo al Nápoles hay que sumarle el que le hizo el Borussia de Dortmund. En esta ocasión el pase le llegó por parte de Semedo, que había recibido en profundidad. Busquets y Vidal se pierden la vuelta Sergio Busquets, que estaba apercibido de sanción, no podrá disputar la vuelta al ver la cartulina amarilla tras una dura falta a Mertens. Al igual que Arturo Vidal, que fue expulsado por ver dos amarillas en la misma jugada por encararse con Mario Rui. Y Piqué se lesionó en los minutos finales.
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