sábado, 22 de febrero de 2020

Crimen de Meco: ni rastro de ADN de Mimi en el único sospechoso

Trece meses después del conocido como crimen de Meco , los últimos análisis biológicos practicados en el caso, cuyos resultados se conocieron hace unos días, despejan el camino para Sergio Sáez Medina, de 30 años, español y por ahora único sospechoso del caso. Según ha podido saber ABC, el departamento de Biología de Criminalística de la Guardia Civil ya ha finalizado el estudio definitivo de los supuestos restos hallados en la ropa y el vehículo del encartado.Como se ha venido informando, Sergio fue arrestado el pasado mes de agosto, tras lo que ingresó en prisión provisional. Fue puesto en libertad en diciembre, justo antes de la Navidad. Los investigadores han rastreado cualquier traza de sangre o de ADN después de que un perro especialista marcara el interior del vehículo del joven y un abrigo tres cuartos que llevaba puesto cuando, presuntamente, habría dado muerte a Míriam Vallejo Pulido, de 25 años, el 16 de enero de 2019 en un descampado en Meco. La zona está cerca de la casa en la que ambos vivían con la entonces novia de Sergio, Celia . Residían en Villanueva de la Torre (Guadalajara), un municipio colindante. Si el ADN era la principal prueba de cargo contra el joven, los análisis le acercan a la libertad total (se encuentra aún imputado por el crimen): no hay rastro alguno de Mimi, como se conocía a la chica, ni en el chaquetón ni en el coche. Además, en los resultados previos realizados sobre el cadáver de la muchacha tampoco se encontraron rastros concluyentes de Sergio, como tampoco en sus domicilios; se han registrado el que compartían los tres amigos y el de los padres de él, al que volvió tras el asesinato y donde fue arrestado. Tampoco hay conocimiento de dónde se puede encontrar el arma homicida , más allá de la punta del cuchillo que fue encontrada en el cráneo de Mimi durante la autopsia. Como informó este periódico, la Guardia Civil se llevó de la casa familiar del sospechoso, en Azuqueca de Henares (Guadalajara), un machete que dijo que había pertenecido a su abuelo y que él utilizaba en su gran afición, la pesca. Sin embargo, tampoco se pudo probar que con él dieran muerte a la chica. La otra prueba de cargo era la consola de videojuegos a cuyos mandos estaba, según declaró, en el momento del crimen. Entre las 20.40 y las 20.50 de esa noche, afirmó que se había quedado en casa jugando «on line», aunque luego se supo que, si bien estaba conectado al sistema, no se registró en ese tiempo actividad alguna. De cualquier modo, los investigadores están a la espera de si Sony accede al análisis del disco duro de la PS3, el modelo en cuestión, para comprobar si esa coartada es cierta o no. Será ahora la titular del juzgado de Instrucción número 5 de Alcalá de Henares, encargada del caso, la que decida qué hacer con Sergio, si cambia su situación procesal. Cuando le dejó en libertad con cargos el 21 de diciembre, lo hizo por la falta de conclusión incriminatoria de los primeros análisis de ADN y demás restos biológicos contra el imputado. Por el momento, los investigadores creen que se trata del presunto autor de uno de los crímenes más misteriosos de los últimos años.

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