Nada se pareció el final de la reina del alunizaje a los violentos enfrentamientos policiales de los que, hasta hace unas semanas, siempre salió indemne. Tras dos años en paradero desconocido, sorteando a las Fuerzas de Seguridad, Jetzabel Herrero Pernía, apodada «la Tata» fue capturada, el pasado 6 de febrero, en el centro comercial de La Gavia, mientras disfrutaba de una comida con su pareja y uno de sus hijos, por unos agentes que patrullaban el lugar en busca de carteristas. Tal era la pericia de esta española de 33 años para reventar escaparates y huir con el botín que llegó a ser una de las mujeres más buscadas de Madrid, «responsable de numerosos robos con fuerza en establecimientos y robos con violencia, así como enfrentamientos armados contra la Policía», explican fuentes policiales. Con una lista de 40 detenciones a sus espaldas, pesaban sobre ella hasta seis órdenes de detención y personación en los juzgados, y una séptima de ingreso en prisión. «Me encanta lo prohibido, me gusta el peligro», se define Jetzabel en su muro de Facebook. También dice ser una aficionada a las películas románticas —«Titanic» y «A tres metros sobre el cielo», entre otras— y a la adrenalítica saga de «Fast and Furious», perfecto símil de lo que en su día fue su modo de vida. Aprendió (o aprendieron de ella) junto a los mejores: fue pareja sentimental de Jonathan Moñiz Alcaide, apodado «el Piojo» , e Iván Bocero Vega, dos peligrosos criminales, ahora entre rejas. El destino de «la Tata» ha sido el mismo. Amantes peligrosos La banda de «el Piojo», alunicero y butronero de 35 años, cayó en abril del año pasado. Jonathan, experto al volante, ya había sido detenido por la Guardia Civil en 2012, tras cometer una cincuentena de robos, y fue arrestado de nuevo un año más tarde, junto a once butroneros. Desde hace once meses duerme en la cárcel de Ocaña I, acusado de 26 delitos (junto a otros tres delincuentes); entre ellos, uno de homicidio en grado de tentativa, otro de atentado contra agentes de la autoridades, dos de lesiones y otros dos de robo con violencia e intimidación. Su hermano, Cruz Moñiz, de 38 años, también está en prisión por asaltar locales comerciales vestido de policía. El otro amante, relacionado con las actividades delictivas del primero, apenas tiene 25 años y un historial de 29 detenciones. Iván Bocero Vega está en prisión por apuñalar seis veces a un policía fuera de servicio en un bar de copas, el pasado mayo. Además, ambos tienen lazos con algunos de los butroneros más buscados del panorama nacional, como Fernando Miguel Barrantes y el fallecido Niño Sáez. Al margen de su vida criminal, «la Tata» trabajaba en el mundo de la noche. Era relaciones públicas de varias discotecas, como las conocidas Garamond y Shoko. Aunque frecuentaba más las salas Bash, Stella y Reinabruja, en el entorno de la Puerta del Sol, como demuestran las imágenes de su red social. Mucho antes de llegar a ser una conocida alunicera, Jetzabel estudió en el colegio Juan de Villanueva de Orcasitas. Hoy es madre de dos niños y una niña, de dos parejas distintas. Dos años después de perderle la pista, y pese a que ha cambiado de aspecto —asidua al gimnasio y al quirófano—, los agentes del Grupo Operativo de Respuesta (GOR) de la Sección de Seguridad Ciudadana del distrito de Villa de Vallecas la reconocieron. Intentó darse a la fuga, sin éxito. Está presa en la cárcel de Alcalá-Meco.
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