Los pesos completos del boxeo buscan a su rey absoluto en esta nueva era dorada de la división. La gran estrella del boxeo de este tiempo, el mexicano Saúl «Canelo» Álvarez, el deportista que ha firmado el mayor contrato de la historia, pesa bastantes libras menos. Es indiscutible que manda en el Pay Per View (PPV), el baremo que, nos guste o no, mueve al boxeo, pero los pesos pesados están ganando un interés que hace sombra al pelirrojo de Jalisco. Tras la preciosa época de Mike Tyson, Evander Holyfield y Lennox Lewis, entre otros, los hermanos Klitschko -Vitali y, sobre todo, Wladimir- durmieron la división y a sus oponentes con su boxeo de distancia y poco riesgo. No había, precisamente, un Tyson que se colara bajos sus puños y les reventara el bazo. Hoy los completos han resurgido con media docena de luchadores que han traído de nuevo la pasión a la categoría de los tipos más peligrosos sobre la faz de la Tierra. Una terna corona el Olimpo: Anthony Joshua y los dos protagonistas del fin de semana, Tyson Fury y Deontay Wilder. El de Alabama es el peor boxeador pero el de mayor pegada. Contaba 41 de sus 42 victorias por la vía del ko, pero el Rey Gitano lo acaba de destronar en Las Vegas. Fury escapó a su derecha y le infligió un duro castigo de siete asaltos. El británico ha vuelto de sus infiernos de alcohol, drogas y tentativas de suicidio para quedarse y reinar sobre la categoría y sobre el «show business». Se ha abrochado el cinturón del Consejo Mundial de Boxeo (CMB). Los otros cuatro -OMB, FIB, OIB y AMB- son del apolíneo Joshua, por lo que la unificación pasa por una lid entre británicos. P ero habrá que esperar, dado que Wilder tiene 30 días garantizados por contrato para decidir una tercera pelea con Fury, que estaría encantado. Un escalón por debajo ha quedado Andy Ruiz, el «gordito» con cara de bonachón que protagonizó la gran sospresa de los últimos años. Cuando planeaba retirarse porque el boxeo no le daba su oportunidad, se ofreció a través de las redes sociales al manager de Joshua, que buscaba rival por el positivo en sustancias de Jarrell Miller. El estadounidense de padres mexicanos se fue el pasado 1 de junio al Madison Square Garden, donde Joshua esperaba el trámite de apalizar a un obeso, y se llevó sus cinturones, protagonizando, además, la mejor pelea del año. Los aguijonazos justos Cuando preparaba la revancha dedicó demasiado tiempo a gastar en casas y coches una cantidad de dinero que nunca había soñado. Llegó a las dunas de Arabia con 20 kilos de más, y Joshua había aprendido la lección: danzó grácil alrededor del «barril» y le propinó los aguijonazos justos para ganar a los puntos. Ruiz, con cara de niño enfadado, lo reclamaba al centro del ring. Si quiere el trono, el primer paso podría ser derrotar al cuarentón pero magnífico Luis Ortiz, misión nada fácil. Completan el gran elenco el ruso Alexander Povetkin y el neozelandés Joseph Parker, que entrarán en las ecuaciones. Y mucho cuidado con el invicto ucraniano Oleksandr Usyk, que ya ha dado el salto de los cruceros a los pesados. Aunque es más «pequeño», está llamado a hacer cosas grandes. A mí me encanta.
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