sábado, 28 de marzo de 2020

Silencio en el psiquiátrico donde la Policía halló dos monjas muertas: «No pideron ayuda, son muy herméticos»

El descubrimiento, el pasado viernes, de dos cuidadores muertos en la residencia psiquiátrica Cottolengo del Padre Alegre no pareció alterar la vida del centro. «Ahora las hermanas no pueden hablar, están en misa, llame más tarde», fue ayer la única respuesta, reiterada, a las preguntas de ABC. La interlocutora colgó el teléfono y, más avanzada la tarde, persistió el silencio. «No vamos a hacer declaraciones», contestó horas después una mujer, que se identificó como la hermana Laura. Una de las dos religiosas que quedan para atender a los 68 enfermos internados en la residencia, a las afueras de San Sebastián de los Reyes, como adelantó Vozpópuli. De no haberse producido una crisis sanitaria sin precedentes por el avance descontrolado del coronavirus, quizá el hallazgo no se habría producido. Fuentes municipales señalaron ayer a este periódico que, dentro del plan de urgencia diseñado por el Ayuntamiento de la localidad, Protección Civil acudió el mismo viernes hasta la residencia para hacer entrega de algo menos de mil mascarillas e interesarse por las necesidades que los trabajadores e internos pudieran tener. Sin embargo, los responsables del centro negaron la entrada a los sanitarios y personal de emergencias desplazados, lo que levantó la voz de alarma. De inmediato, avisaron a la Policía Nacional, que se personó en el lugar poco después del mediodía. Los agentes tuvieron que dar con la madre superiora para acceder a la residencia y, al entrar, localizaron los cadáveres de dos monjas. Seis trabajadores más estaban en aislamiento por presentar síntomas compatibles con el Covid-19 y solo dos religiosas, de avanzada edad, estaban al cuidado de todos los residentes. Por ahora, la Policía trabaja con la hipótesis de que ambas cuidadoras murieron —una, el jueves; la otra, el viernes— por causas naturales, lo que coloca al patógeno como la principal hipótesis manejada. Buenas condiciones higiénicas Mientras, se investiga por qué no se comunicaron los fallecimientos al momento. Con todo, el informe policial confirmó que las condiciones higiénicas en la residencia son buenas. Aunque faltaban manos para cuidar de todos los enfermos, nadie supo de esta precaria situación hasta hace dos días. «No habían pedido ningún tipo de auxilio desde que comenzó la crisis sanitaria», aseguraban ayer fuentes municipales. Como establece el protocolo desde que estallara la pandemia, la Consejería de Políticas Sociales y Familia mantenía contacto telefónico diario con la residencia, a la que se le había ofrecido algún traje de protección EPI, teleasistencia y voluntarios. El centro de salud y el geriatra del hospital de referencia de la zona también se comunicaban con las religiosas. No obstante, desconocían que hubiese tantos infectados. Las autoridades se plantean ahora el traslado de los residentes o el refuerzo de personal, tanto de sanitarios como de servicios sociales. Bajo «un fuerte hermetismo» Pese a la extrañeza de la negativa a recibir el auxilio de los profesionales de Protección Civil, en coordinación con el Ayuntamiento de la localidad, lo cierto es que la residencia psiquiátrica Cottolengo del Padre Alegre funciona bajo «un fuerte hermetismo», según revelaron ayer diversas fuentes municipales a ABC. Desde el inicio de la crisis sanitaria, ningún responsable del centro se había puesto en contacto con el Consistorio para solicitar ayuda. Tras el macabro hallazgo, trabajadores e internos recibieron alrededor de mil mascarillas.

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