La escalonada huida de Meghan Markle (38 años) del Reino Unido hacia su país natal, Estados Unidos, ha culminado con éxito. Tras la sacudida del «Megixt», a principios de año, Meghan, el Príncipe Harry (35) y su bebé Archie (10 meses) se retiraron a Vancouver, en Canadá, donde parecían haber encontrado la paz que buscaban. Sin embargo, esta misma semana, en plena crisis sanitaria mundial, volvían a hacer las maletas para aterrizar definitivamente en Los Ángeles, la ciudad que vio nacer a la Duquesa de Sussex y el lugar donde también reside Doria Ragland, la suegra de Harry, trabajadora social y profesora de yoga. La noche del pasado jueves, un miembro del equipo de publicistas de la pareja, y ante el paulatino cierre de fronteras y cancelación de vuelos, confirmaba a la revista «People» que Harry y Meghan habían abandonado Canadá para siempre. Ante la sucesión de acontecimientos relacionados con la expansión mundial del coronavirus y el cariz que estaba tomando la situación, para ellos era necesario salir en ese preciso momento. La fuente de la revista «People» asegura que, pese a las prisas de última hora, era «un movimiento planeado. Se dieron cuenta de que permanecer en Canadá no funcionaría por varias razones y querían tener su sede en el área de Los Ángeles. Allí cuentan con una gran red de apoyo, se encuentra su nuevo equipo de agentes de Hollywood, relaciones públicas y gerentes de negocios. Meghan tiene muchos amigos y, por supuesto, está su madre Doria». Este ya conocido como «Megxit 2», ha «sorprendido y horrorizado» a los miembros de la Familia Real, quienes confiaban en que Harry y Meghan podrían regresar temporalmente a Gran Bretaña durante la crisis sanitaria mundial para estar más cerca del Príncipe Carlos (71), padre de Harry, recluido en el Castillo de Balmoral al haber dado positivo en el test de corovairus. Según algunos analistas de la realeza, han cometido un «tremendo error de relaciones públicas». Así pues, Harry y Meghan volaron en jet privado a Los Ángeles y no están aislados en la mansión de 7 millones de dólares que Malibú a la que, según la prensa estadounidense, habían echado el ojo el pasado septiembre, sino que han alquilado una casa en un apartado complejo en Los Feliz, vecindario donde residen buena parte de sus amigos. «El Duque y la Duquesa de Sussex se mudaron de la casa donde se alojaban en la isla de Vancouver para asentarse en Estados Unidos. Están en Los Ángeles viviendo en un complejo apartado y no se han aventurado a salir en medio de la pandemia de coronavirus», informó la revista «People» a través de fuentes cercanas a los publicistas de la actriz. En septiembre de 2019 saltó la noticia de que Meghan y Harry se habían interesado por una mansión de 7 millones de dólares en Malibú, muy cerca de Oprah Winfrey, gran amiga de la actriz. Entre los invitados a su boda que tienen casa en las colinas de Hollywood, donde se encuentra el barrio de Los Feliz, figuran Idris Elba, Ellen Degeneres, George y Amal Clooney, David y Victoria Beckham, el actor Patrick J. Adams y su mujer Troian Bellisario, muy amigos de Meghan porque juntos protagonizaron la serie «Suits», además de la estrella del pop Nick Jonas y su esposa, la actriz india Priyanka Chopra, quienes se acaban de comprar una mansión en las colinas de Hollywood. Harry también cuenta con amigos, ya que el polista argentino Nacho Figueras reside desde hace tiempo en Los Feliz. Y si alguna vez se quedan sin contactos de celebridades, el presentador de «Late Late Show», James Corden, podrá conectarlos con otras estrellas del mismo vecindario, como Angelina Jolie o Eva Mendes. Unas horas antes del anuncio de su marcha a Los Ángeles, se confirmó que Meghan Markle había conseguido su primer trabajo tras abandonar la monarquía británica: Disney confirmó que la Duquesa de Sussex será la narradora de un documental titulado «Elefantes» que se emitirá en Disney Plus dentro de unas semanas. Periodo de transición Grandes cambios sacuden la vida de Markle desde que anunció su compromiso con Harry hace ya tres años. Confirmada su ruptura y la de su marido con la Familia Real Británica el pasado enero, Isabel II, instó a que «The Firm» -como se conoce a la familia- dejara de pagarles como miembros de la misma, con sus derechos y obligaciones. Además, abrió un periodo de transición para los Sussex que culminó con su presencia en Londres, a principios de marzo, donde no faltaron al solemne servicio religiosos en la Abadía de Westminster con motivo del día de la Commonwealth. Harry y Meghan han seguido el plan de la Reina al pie de la letra y ahora, liberados y en vísperas de salir oficialmente de la Familia Real británica (su último día como royals es el martes 31 de marzo), encaran un nuevo futuro en la soleada California. Mientras están en aislamiento, Meghan y Harry han estado buscando cómo servir mejor al público durante este tiempo de crisis y han usado su cuenta de Instagram SussexRoyal para compartir consejos sobre cómo mantenerse seguros durante la pandemia, incluidas las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud. «Para todos nosotros, la mejor manera de apoyar a los trabajadores de la salud es asegurarnos de que no hacerles su trabajo más difícil al propagar esta enfermedad».De Estilo https://ift.tt/3dDQzBx
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