
Prevenir, descubrir y abordar la vulnerabilidad extrema que viven las personas mayores. Ese es el objetivo del plan municipal frente a la soledad no deseada que hoy da un paso más al incorporar nuevos equipos de detección de los casos más graves que se abordarán desde cada uno de los 21 distritos de la capital. La función de los equipos, que se presentan hoy en la comisión de Familias, Igualdad y Bienestar Social, es analizar los casos de personas mayores vulnerables en riesgo severo, buscar la mejor opción posible para revertir la situación y coordinar todos los recursos para que se pongan a su disposición, respetando siempre la autonomía de todos los usuarios. Diseñado junto a Madrid Salud, contarán con una persona responsable de los mayores y de la coordinación, que será designada por la Jefatura de Departamento de los Servicios Sociales de cada distrito. Recibirá los casos detectados que requieran actuación y realizará una primera investigación del expediente. Posteriormente, presentará al grupo los casos complejos y se encargará de su seguimiento, junto al trabajador correspondiente. Como apoyo a ellos, estará un profesional administrativo. Esto se complementará con todas las entidades municipales, como los representantes de Policía, Samur Social, Samur-Protección Civil, Madrid Salud y la Unidad de Atención al Anciano Frágil. El objetivo es dar solución a los casos de adicciones, referentes a salud pública y violencia de género, entre otras dificultades que padezcan. Con ellos colaborarán las ONG que trabajan en el distrito haciendo voluntariado y las entidades prestadoras de servicios. Los casos llegarán a los equipos mediante los agentes ‘informales’, asociaciones como Grandes Amigos o Madrid Vecina; los centros de servicios sociales, y los servicios de emergencia y Policía. Entre sus funciones estará atender escenarios de aislamiento, que se dan cuando la persona mayor tenga una red de apoyos social nula, escasa o negligente, necesidades sociosanitarias no cubiertas, no reciba asistencia pública o privada y rechace las ayudas que se le ofrecen; negligencia o maltrato, definida como acto de omisión, fallo intencional o no intencional en el cumplimiento de las necesidades vitales (nutrición, hidratación, higiene personal...); otros tipos de maltrato, como maltrato físico, maltrato psicológico, violación de derechos básicos, maltrato sexual, abuso financiero o abandono, y necesidad sociosanitarial, que se entiende como la presencia de problemas sociales y sanitarios, o dependencia de cuidados, que no están cubiertos. La propuesta de intervención deberá ser acorde al tipo de riesgo y su severidad. En caso de aislamiento o soledad relacional, se contará con el equipo de atención a personas mayores en esta situación, sobre todo si hay barreras importantes a la aceptación de recursos. La negligencia, generalmente asociada a la necesidad sociosanitaria, puede ser abordada en los casos menos graves con los recursos habitualmente disponibles, de apoyo en domicilio o en centros, en el seno de la intervención social. Los casos graves pueden beneficiarse del programa específico de maltrato. Los equipos están ya trabajando en Arganzuela, Salamanca y Villaverde y a lo largo de octubre se extenderán a todos los distritos. «Estos grupos representan lo que queremos hacer con los Servicios Sociales: estar más cerca de los ciudadanos y llegar antes a ellos, en especial cuando pasan por dificultades», explica Pepe Aniorte, delegado del ramo: «Nos permiten colaborar de forma fluida con las entidades sociales, incluso con otras administraciones. Y esto es clave, porque de esta forma cada uno aportamos lo que sabemos, y lo hacemos con inmediatez». Para él, la finalidad es dejar de ser «departamentos estancos» y abordar los problemas concretos «desde todos sus ángulos». «Del resultado se beneficia el ciudadano, que recibe una atención de más calidad y con mucha más agilidad», concluye.
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