lunes, 2 de marzo de 2020

«Vinicius va a ser mejor que Mbappé»

Más de 5.000 aficionados acuden el 20 de julio de 2018 al Santiago Bernabéu para comprobar con sus propios ojos quién es ese joven brasileño de solo 18 años por el que el Real Madrid ha pagado 45 millones de euros y, de primeras, parece destinado al Castilla. Pero no solo venían a ver a Vinicius Junior. Entre sus demandas, un grito unísono: «Queremos a Mbappé, queremos a Mbappé», coreaban los hinchas presentes, aún melancólicos por la reciente salida de Cristiano Ronaldo. Su petición encontró respuesta privada a ABC: «Este va a ser mejor que Mbappé», aseguró en ese momento una persona de peso del club a este periódico. Ayer, año y medio después, el mensaje no había variado: «Solo tiene 19 años, es muy joven, y si tiene continuidad seguimos pensando que va a ser el mejor del mundo». Vinicius firmó el domingo un señor partido, coronado con su primer gol en un clásico, ganancia por partida doble para sacarse de encima esa ansiedad que le hace invisible la portería: «Hay que jugar en este estadio, contra el Barcelona y siendo tan joven. No es fácil, y Vinicius provoca siempre incertidumbre en el rival y desahogo en nuestro equipo. Ojalá ese gol sea una liberación para él», analizaba Butragueño mientras Zidane ponía el acento en ese otro trabajo sucio que para él es fundamental: «Ha marcado un gol importante en un partido importante. Se lo merecía. Es joven y tiene que lidiar con las críticas, porque esto es el Real Madrid. Y, sobre todo, me quedo con sus esfuerzos en defensa ayudando a Marcelo». Trabajo y paciencia Convencer a Zidane no ha sido un paseo en canoa para Vinicius. La pasada temporada, el técnico francés decidió ser prudente tras su grave lesión sufrida contra el Ajax, y su tardío regreso a los terrenos de juego le dejó fuera de la Copa América, que precisamente ganó Brasil. Este curso, la truncada salida de Bale y la llegada de Hazard le relegaron a un papel menor durante los primeros meses del curso: «El problema de Vinicius es que este año está Eden», confesó públicamente Zidane en noviembre, mientras trabaja con él su definición y su trabajo defensivo. En lo primero, la mejoría es lenta, pero la hay. Tiene años por delante para mejorar sus cifras goleadores. En lo segundo, los resultados tenían que ser inmediatos. Y así ha sido. El mayor salto de Vinicius es su segunda temporada en el Real Madrid es su compromiso de centro del campo hacia portería propia. El domingo, la caída a Messi a banda izquierda del Madrid siempre se encontraba con un dos contra uno, gracias a las ayudas de Vinicius a Marcelo: «Sigo trabajando duro, sabiendo lo que Zidane quiere de mí». La lesión de Hazard, la desaparición de Bale y el paso atrás de Rodrygo han colaborado en este momento dulce de Vinicius, ahora mismo faro ofensivo de un equipo necesitado de electricidad en los metros finales y de jugadores que superen contrarios y líneas con su regate y velocidad: «Permanentemente genera ocasiones de gol. En todos los partidos, y eso no es fácil», presumía Butragueño. No le falta razón, a pesar de la mofa desde ciertos sectores hacia el jugador. Contra el City, asistencia a Isco, y frente al Barcelona, gol que puede valer un título de Liga, siendo el más joven en ver puerta en un clásico con 19 años y 233 días, 26 días menos que el récord de Messi: «Tiene la cabeza sobre los hombros, es un chico familiar que no bebe ni pisa discotecas y solo piensa en el fútbol», dicen desde el Madrid, convencidos que será incluso mejor que Kylian Mbappé.

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