Pánico y coronavirus se extienden de la mano y al tiempo, en un goteo que no cesa, caen los partidos, competiciones y eventos, en fin, que supongan grandes aglomeraciones de gente. Uno de los últimos afectados, el AX Milán-Real Madrid de Euroliga que debe jugarse esta próxima semana, lo hará a puerta cerrada, en lo que será una de las múltiples estampas que bien sirven para ilustrar la psicosis en que ha devenido la proliferación mundial del Covid-19. Sobre el divertimento prima la seguridad, y por más que por el momento los contagios en el transporte público, las escuelas –algunas ya han sido cerradas– o los hospitales sean un mal que se asume, se trata de evitar por todos los medios que los viajes entre países favorezcan una expansión más enérgica. De ahí que se censure la asistencia de aficionados al pabellón milanés, localizado en pleno foco del brote vírico que azota a Italia, en el núcleo de la región de Lombardía. Es el mismo motivo que ha llevado a la Euroliga, siguiendo las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, ha cerrar los accesos al Brescia-Reyer Venecia, éste de la Eurocup. Tal es la rigidez con que se ha actuado que ni siquiera la prensa podrá acudir a los encuentros. El riesgo de visitar Milán no ha pasado por alto entre los jugadores del Madrid, que ayer ganó a Unicaja (88-92). Lo muestra el mensaje que Edy Tavares publicó ayer en su perfil de Twitter. «Yo creo que la prioridad ahora no es el partido, sino nuestra salud y la de nuestros familiares y por un partido podemos jugarnos el resto de los que quedan», escribió el pívot. Mientras que España apenas suma 80 contagios por el virus más famoso del momento, en Italia las cifras han engordado muy por encima del millar y los muertos se cuentan por decenas. Unas cuantas horas antes, en la mañana del sábado, la gran cita del deporte italiano, el Juventus-Inter de Milán, había sido aplazada hasta el 13 de mayo por el mismo motivo después de haberse planeado que se disputase a puerta cerrada. La decisión tendrá efectos relevantes en el devenir del campeonato, liderado ahora por la Lazio, que sí pudo jugar, y que que tendrá que estar haciendo cábalas hasta última hora para intuir quién tiene más visos de campeonar. El mismo destino sufrieron el Milán-Génova, el Parma-Spal, el Sassuolo-Brescia y el Udinese Fiorentina. El efecto dominó desplazó también la final de Copa, prevista para el mismo 13 de mayo, y que ahora se jugará el 20. El riesgo sobrevuela ahora al Inter-Getafe de octavos de final de la Europa League, fechado el próximo 12 de marzo, y cuya celebración en condiciones normales parece más que improbable: el pasado jueves, el equipo de Antonio Conte jugó contra el Ludogorets a puerta de cerrada. Del Atalanta-Valencia, que se jugó hace dos semanas en San Siro, volvió infectado uno de los periodistas que cubría al equipo español. Entretanto, con los Juegos Olímpicos que comienzan el 24 de mayo como epicentro de la preocupación del mundo del deporte –Japón, que acaricia los mil contagiados, acumularía una cantidad de población que aumentaría exponencialmente los riesgos–, algunas estrellas han decidido tomar cartas en el asunto. Es el caso de CJ McCollum, escolta de los Portland Trail Blazers, quien ha anunciado que se niega a firmar autógrafos hasta que las noticias cambien.
De Deportes https://ift.tt/2Thd2MF
0 comentarios:
Publicar un comentario