La Proposición No de Ley (PNL) que insta a modificar la normativa del juego en la Comunidad de Madrid, aprobada por la Asamblea en noviembre, abre un horizonte difuso para el sector, especialmente en la capital. Si se toma como referencia la obligación de que las casas de apuestas cumplan una distancia mínima de 500 metros con colegios e institutos –incluida en la PNL–, significaría que al menos el 40 por ciento de los locales en funcionamiento actuarían al margen de la normativa, con un total de 144 salones en situación irregular. Mientras que el Gobierno regional ya ha mostrado su predispoción a aumentar el radio existente (100 metros), aunque sin tomar una decisión, la patronal Cejuego recela de esta medida por el perjuicio que provocaría: «Sería una prohibición total». La ciudad de Madrid, con 362 locales, es el paradigma de la proliferación de estos negocios en la región, con más de la mitad del global (685). Según el registro del portal de datos abiertos del Ayuntamiento de la capital, que muestra la ubicación y licencia de cada una de las casas de apuestas, actualmente hay una veintena que no cumple con la distancia obligatoria de 100 metros con centros educativos, marcada en el decreto 42/2019, de 14 de mayo, sobre la regulación del juego. La cifra, no obstante, crecería exponencialmente si la distancia se amplía hasta los 500 metros que propone la PNL, aprobada a instancias del PSOE y por unanimidad del resto de grupos (PP, Cs, Más Madrid, Podemos y Vox). Ninguno de los distritos quedaría exento y en zonas tan consolidadas como Carabanchel o Latina habría 18 salones de juego irregulares, tres más que en Puente de Vallecas (15) y casi el doble que en Ciudad Lineal (11) o Villaverde (10). Además, si se tomara al pie de la letra el contenido de la Proposición No de Ley, que alude también a centros deportivos, la norma afectaría casi a la totalidad de los establecimientos de la capital. Tal es esta tendencia, que las protestas vecinales en las últimas semanas por la cercanía con colegios o centros de ayuda a la ludopatía son una constante, como la movilización contra el local que se abrirá cerca del Hospital Gregorio Marañón, en Retiro. En barrios como Puerta Bonita (Carabanchel) o Canillejas (San Blas-Canillejas), por su parte, las casas de apuestas comparten calle con varios colegios o institutos en apenas 300 metros. Análisis en marcha El consejero de Interior, Justicia y Víctimas, Enrique López, ha señalado varias veces que la intención del Gobierno regional es ampliar la distancia para proteger a los menores, pero desde la propia consejería matizan que el texto está todavía «en análisis». Fuentes del área detallan a ABC que el Ejecutivo regional considera «importante» esta cuestión, pero también e incluso más los controles de acceso, reforzados y de obligado cumplimiento desde hace poco más de una semana en la Comunidad. Así, una vez que la concesión de nuevas licencias está suspendida hasta finiquitar el nuevo decreto, la postura del Gobierno que encabeza Isabel Díaz Ayuso es estudiar con atención todo lo que rodea esta problemática. Respecto a los efectos que el aumento de la distancia tendría en los negocios del juego, con independencia de los metros, desde Interior señalan que la fórmula más factible sería otorgar un plazo para que se adaptaran a la norma, como ocurre hasta la fecha. Actualmente los locales disponen de diez años. Seguridad jurídica La otra cara de la moneda la representan los empresarios del juego, contrarios en cualquier caso a la implantación de los 500 metros. El director general de la patronal Cejuego, Alejandro Landaluce, declara a este diario que la medida sería «contraria al principio de seguridad jurídica», considerándola como una «prohibición encubierta». «Poner esa distancia es confiscatoria, prohibicionista y muy subjetiva», denuncia Landaluce. La regulación abordada en Valencia, que supone prácticamente el fin de las casas de apuestas, sirve a Cejuego para reclamar estudios previos y una «proporcionalidad» en las actuaciones de la Administración. «Confío que el Gobierno sea coherente con la realidad», declara Landaluce, que compara la cercanía entre colegios y salones de juego con la que pueda haber con bares. Pese a la negativa, una distancia menor sería «aceptable».De España https://ift.tt/2vxTuue
0 comentarios:
Publicar un comentario