sábado, 21 de marzo de 2020

Así trabaja el comité de crisis que mejores resultados tiene contra la pandemia

Habían transcurrido 48 horas desde que la OMS identificó el coronavirus como pandemia global y Galicia ya había declarado la situación de emergencia sanitaria y activado el plan territorial de emergencia, con la creación de un centro de coordinación operativa. Mientras España permanecía en vilo a la espera de que se concretara el estado de alarma, la Xunta ya tomaba decisiones, algunas más restrictivas incluso que las decretadas por el Gobierno central. El Ejecutivo autonómico llevaba días anticipándose al implacable golpe del Covid-19. La primera decisión pasó por activar una comisión interdepartamental para realizar un seguimiento de la enfermedad. El objetivo era disponer de un órgano que facilitara la coordinación entre áreas y, al mismo tiempo, planificara e impulsara posibles medidas. Gestión, en una palabra. Bajo la tutela de la Consellería de Sanidade, implicaría a las distintas áreas de gobierno. Cuando se declaró el estado de emergencia sanitaria, esta comisión ya había celebrado varias reuniones en las que se había hecho ese trabajo oscuro pero fundamental ante una crisis de este calibre, como la confección de protocolos, de índole sanitaria y no sanitaria, con los que prepararse, primero, y responder después. En paralelo, el apoyo en expertos y técnicos es otra de las claves. Ayer mismo el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, despachaba por videoconferencia con los responsables clínicos de cada área sanitaria, para conocer la situación de primera mano y anticiparse al previsible pico que se dará entre la próxima semana y la siguiente. En las comparecencias tras los primeros positivos, era habitual que al conselleiro Jesús Vázquez Almuiña lo arroparan tanto el subdirector general de Información Epidemiológica, Xurxo Hervada, como la jefa de Medicina Preventiva del CHUAC coruñés, María José Pereira. Del mismo modo que el gerente del Sergas, Antonio Fernández-Campa, ha ostentado también un papel destacado en las reuniones de la comisión interdepartamental. Feijóo explicaba este viernes que, ante la demora (también en esto) en recibir del Gobierno datos epidemiológicos del conjunto de España, para prever la curva de infecciones, el servicio gallego de salud estaba elaborando su propia proyección a partir de la información que maneja. A la vanguardia Desde fuera de Galicia se observa cómo la Comunidad va a la vanguardia en la respuesta sanitaria a la pandemia con los test desde el coche, que mañana deberían quedar implantados en todos los grandes hospitales, al tiempo que Feijóo insiste en que se seguirán realizando pruebas diagnósticas a domicilio mientras sea posible. Nada que ver con el azar y todo que ver con la capacidad de anticipación. Antes de la declaración de emergencia, antes de la declaración de pandemia, incluso, «compramos más material», detalló el presidente en su última comparecencia. Por eso a Galicia, que ha «establecido una cadena logística mucho más operativa», no le ocurre como a otras comunidades, que tienen laboratorios pero se han quedado sin reactivos. Galicia se alió con el País Vasco, mediante un convenio con Osakidetza (equivalente al Sergas) para disponer de mayor volumen, y compró kits de diagnóstico, mascarillas, guantes, equipos de rayos, ventiladores... Y sigue comprando y buscando quien le surta. La Xunta se anticipó y sigue sin bajar la guardia. Este viernes el Consello alumbraba dos medidas: reservar 10 millones de euros para empresas que reorienten su producción a la fabricación de material sanitario; y lanzar una convocatoria de ideas que sufragaría la Agencia Gallega de Innovación. De aquí podrían surgir acciones salvadoras en un futuro no muy lejano. Porque ya lo advirtió Feijóo: «Lo peor aún está por llegar».

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