El colegio de Educación Especial Santiago Ramón y Cajal de Getafe no maltrató a uno de sus alumnos. El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de la localidad ha acordado el sobreseimiento de la causa contra tres trabajadoras del centro por, supuestamente, acosar, degradar y lesionar psicológicamente a un niño autista de 8 años a finales de 2017. El magistrado, como ya solicitaron la Fiscalía y la defensa de las investigadas, concluye que no han quedado suficientemente acreditados los hechos denunciados por los padres del pequeño. La denuncia de la familia, de enero de 2018, se basaba en unas conversaciones grabadas durante los días 3, 6, 7 y 9 de noviembre del año anterior, ante la sospecha de que el personal docente del centro maltrataba a su hijo desde hacía dos meses. Los audios, conseguidos con un dispositivo oculto en la ropa del niño, revelaban comentarios del tipo «que te aguante tu tía» o «echarle agua por encima». Los padres culpaban a las profesoras de los «trastornos de conducta con cambios impulsivos y violentos, crisis de angustia y descargas mioclónicas en ambos brazos» del menor, diagnosticado con trastorno del espectro autista y grado de minusvalía de 81 por ciento. La acusación se dirigía a la tutora del pequeño, una maestra de apoyo y una auxiliar por los presuntos delitos de acoso y trato degradante y de lesiones psicológicas. El relato de los progenitores señalaba un «cambio brusco» en el comportamiento del niño desde octubre de 2017, presumiblemente motivado por su llegada al colegio Santiago Ramón y Cajal, hasta el punto de que dejó de ir a clase durante dos semanas. Así lo describió su padre en una visita al hospital el 1 de diciembre de 2017, describiendo sus sospechas de hostigamiento. La directora del centro, María Eugenia Veiga, negó «rotundamente» cualquier episodio de malos tratos en el colegio, preguntada por ABC tras la repercusión mediática del caso. Los hechos expuestos en la denuncia, sin embargo, contrastan con los diferentes informes médicos de los especialistas psiquiatras que trataron al menor desde que se le diagnosticara la enfermedad y después del supuesto maltrato, según consta en el auto de sobreseimiento, al que ha tenido acceso este diario. Un ejemplo son las conclusiones del doctor Fraguas Herraez, que atendió al niño ese 1 de diciembre y siguió su evolución entre marzo de 2016 y diciembre de 2017. A pesar de lo defendido por el progenitor, el psiquiatra no consideró justificada la falta de asistencia al centro y, ante el posible acoso, activó el protocolo y decretó su ingreso en el Hospital Niño Jesús. Informes de especialistas El informe sobre esta estancia, firmado por el doctor Mesian Pérez, y la declaración de Fraguas Herraez ante el juez corroboran para el instructor que no existe relación entre el comportamiento del niño y el trabajo desarrollado en el centro de Getafe. Así, el segundo especialista es preguntado por el contenido de las grabaciones y si las expresiones y conversaciones pudieron haber ocasionado en el pequeño daños psicológicos, agravar el espectro autista o influir en la evolución del menor. El dictamen del juez, según las respuestas y la valoración de Mesian Pérez, es contundente. «Se concluye de todo ello que no ha determinado ni señalado en ningún momento que los cambios de conducta del menor vengan originados a raíz de su estancia en el colegio de educación especial Santiago Ramón y Cajal». Pero no solo eso; el auto destaca que «no se han presentado informes médicos posteriores que desvirtúen tales aseveraciones expresadas por ambos psiquiatras», en alusión al trabajo de una tercera especialista, la doctora Penzol Alonso. Ella trató al menor desde enero de 2018 con el diagnóstico de que «no puede confirmar que haya sufrido vivencias traumáticas» y, en consecuencia, «no aprecia nada anormal». Al no demostrarse ninguno de los delitos denunciados, se decreta el archivo, contra el que cabe recurso.De España https://ift.tt/2ZyybmQ
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