lunes, 30 de diciembre de 2019

Leiva cierra el año (y la década) cantándoles a las musas

Éxito. 3 WiZink en 1 año (el sonido mejorable). 3 acordes, voz al whisky y aires de canalla... con ese toque de romántico suicida. La historia de Leiva, ese chico sencillo que de niño soñaba despierto, la conté en junio cuando llenó el mismo recinto dos noches seguidas. Entonces comenzaba su gira «Nuclear», presentando su quinto trabajo. Ayer cerró 2019 llenando de nuevo el Palacio de Deportes con un espectáculo aún más sólido. El especial de fin de año arrancó con «La Lluvia en los Zapatos», canción tipo del madrileño con ese rock enérgico y estribillo popero. Siguió «Animales», éxito rotundo de los años con Pereza que el público recibió con una mezcla de excitación y nostalgia. Al final del tema, Leiva nos dejó un buen solo de guitarra dejando claro que ha practicado desde junio. Tras la presentación de rigor con un breve recuerdo a lo que ha sido para él esta década que expira, siguieron «Superpoderes» y «Breaking Bad», dos canciones a medio tempo en las que brillaron los arreglos de viento y el bello slide de Juancho (Sidecars y hermano del artista) a la guitarra eléctrica. «A ti te ocurre algo» (se rumorea que dedicada a su amor Macarena García) y «En el Espacio» pusieron el toque cursi en el WiZink. Son buenas canciones, con potentes solos de guitarra y melodías bien pensadas... pero muy pastel. «Nuclear», canción que da nombre al último disco, tiene una letra un poco más poética comparada con material anterior de Leiva. El disco es menos explicativo en la lírica y más sugerente. Decía una vez un sabio poeta que el arte de escribir es el de «sugerir algo sin mostrarlo». En este último proyecto se acerca más a esa idea (y por ende a su ídolo Sabina, maestro de la sugestión) que en sus anteriores aventuras. Continuó «Como si fueras a morir mañana» bajo una enorme proyección del videoclip que acompaña al tema, publicado en la víspera del concierto. Madrid se unió a la fiesta saltando y dando palmas mientras la banda nos dejaba un final rockero al más puro estilo Stones. Leiva pidió silencio para la sección acústica donde interpretó versiones muy emotivas de «Vis a Vis» y «La Llamada». Destacó especialmente esta última con un arreglo muy elegante. Tras este momento de intimidad, Lieva regaló a su fiel público una interpretación de «Mi pequeño Chernobyl», una canción inédita que sigue la línea editorial de «Nuclear» sin ofrecer nada realmente nuevo. Estuvieron excelsos (como siempre) todos los músicos. Mención especial para Manolo Mejías al bajo, sobresaliente en todas las facetas. Muy bien también Patricia Lázaro en los coros, ofreciendo líneas melódicas sobre la voz de Leiva que dan mucha redondez a todo lo que canta el madrileño. «No te preocupes por mí», una de las canciones más logradas de «Nuclear» se convirtió en uno de los clímax de la noche, con la banda desapareciendo hacia el final para que el WiZink entonase la melodía ante la mirada de un orgulloso Leiva. La traca final comenzó con «Como lo tienes tú», segunda extracción del baúl de los recuerdos que ya es Pereza. Siguió el subidón con «Terriblemente Cruel», enérgica e ideal para un recinto tan grande a pesar de que el técnico de sonido no tuvo su mejor noche. Éxtasis general en «Estrella Polar», himno de Los Pereza, con todo el estadio en pie (cronista incluido), rendido ante una canción que es realmente Arte.El final, como no podía ser de otra manera, llegó con «Lady Madrid», ese himno a la ciudad de las musas más despiadadas (alguna entre el público). Me despido yo también, de ustedes y del año. Como a Leiva, a mí también se me perdió una musa en Madrid. Quizá sea esa la forma de reclamar la inmortalidad; contando la historia de tod@s.

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