Para Jeff Bezos (55 años), fundador y director ejecutivo de Amazon, y la actriz y presentadora Lauren Sánchez (50), las aguas sentimentales hoy resultan tan apacibles como las que esta Navidad bañan la isla de St Barth, donde la pareja disfruta de unas vacaciones en compañía de Dasha Zhukova -exmujer del magnate ruso Román Abramóvich- y de su flamante marido, el heredero griego Stavros Niarchos. En este exclusivo rincón del Caribe, que como siempre por estas fechas se encuentra poblado de multimillonarios que prefieren tostarse al sol a lanzarse sobre las pistas de esquí de Aspen (Colorado) o Gstaad (Suiza), los paparazzi han captado a Bezos y Sánchez de múltiples maneras, desde navegando acurrucados a paseando relajadamente de la mano. Él, en bermudas y gorra con visera; y ella ataviada con top y shorts. Pero entre tantas imágenes, una ha llamado la atención: la que muestra el fabuloso diamante amarillo con forma de corazón que la presentadora luce en el dedo y con el que, según algunas fuentes próximas a la pareja, Bezos le ha pedido matrimonio. Según explica a «Page Six» Kathryn Money, vicepresidenta de Brilliant Earth, esta gema oscila entre los 7 y los 10 quilates, lo que sitúa su precio entre los 90.000 y los 135.000 euros. La filtración Un año atrás, para esta feliz pareja la situación era bien distinta: Bezos estaba casado con MacKenzie (49), la mujer junto a la que cimentó su imperio de comercio electrónico; y Sánchez era la esposa de Patrick Whitesell (54), uno de los ejecutivos más poderosos de Hollywood en su condición de presidente ejecutivo de Endeavour. Pero la inminente filtración en la revista sensacionalista «National Enquirer» de unos mensajes de WhatsApp de carácter íntimo entre Bezos y Sánchez destapó una infidelidad cuyas consecuencias trascendían en ámbito familiar para alcanzar el equilibrio de poder en el gigante Amazon. El magnate tomó la iniciativa y, para sorpresa de todos, el 9 de enero se emitió un comunicado conjunto del propio Bezos y MacKenzie a través de Twitter donde anunciaban el final de un longevo matrimonio de 28 años de duración y cuatro hijos en común, cuya liquidación tendría evidentes repercusiones financieras: dado que Bezos y Mckenzie se casaron en régimen de gananciales, según la ley del estado de Washington, donde residen, él dejaría de ser el hombre más rico del mundo -en 2018 se convirtió en el primero cuya fortuna superaba los 100.000 millones de dólares- y ella subiría a los primeros puestos del ránking de millonarios. En abril, los Bezos firmaron el divorcio por 35.000 millones de dólares y el 4 por 100 de Amazon para Mckenzie. Su divorcio es, según «Forbes», el más caro de la historia. Mientras tanto, Lauren Sánchez y Patrick Whitesell, con dos hijos en común, negociaban su propio acuerdo, que alcanzaron en octubre, liberando a la presentadora para poder casarse con el soltero más codiciado del momento. Antes, en mayo, los protagonistas de la infidelidad del año escenificaron su primera aparición oficial con motivo de una cena con la hermana de Lauren en un concurrido restaurante de Nueva York llamado Emily. La guerra con Trump En la trastienda de este amor entre el todopoderoso empresario y la atractiva presentadora -viejos conocidos, su común afición por la aviación fue la chispa que encendió su pasión- se ha librado una batalla mediática con el mismísimo presidente de EE.UU. como mayor enemigo. Bezos acusó al «National Enquirer», medio muy bien relacionado con Donald Trump (73), de estar detrás de una investigación periodística que él consideró un montaje orquestado por el entorno más cercano del inquilino de la Casa Blanca para minar su prestigio. Durante cuatro meses, la revista siguió a Bezos y Sánchez por cinco estados y 65.000 kilómetros, y documentó viajes en aviones privados, traslados en limusinas, paseos en helicóptero, caminatas románticas y cenas íntimas. Entre los detalles escabrosos que recopiló «National Enquirer» figura cómo en una ocasión los amantes se citaron a escondidas en la habitación de un hotel de Boston, mientras en el mismo establecimiento pernoctaba la familia de Bezos al completo. El topo El dueño de Amazon, por su parte, abrió su propia investigación para encontrar al topo que había levantado la liebre de la infidelidad al filtrar mensajes y fotografías intimas a la prensa. Según desvelaron CNN, «The Daily Beast» y «The Washington Post» -propiedad de Bezos-, el «traidor» no era otro que Michael Sánchez, quien traicionó a su hermana Lauren por 200.000 dólares. Lo cierto es que el supuesto empeño del equipo de Trump en destapar a Bezos y Sánchez no ha hecho más que liberar al empresario para aparcar su segunda vida y mostrar un relación antaño secreta y que en 2020 acabará en matrimonio.De Estilo https://ift.tt/2Q0hBZY
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