jueves, 26 de diciembre de 2019

Los padres de Jihyun, la mujer que murió por la caída de una cornisa: «Madrid debe ser una ciudad segura»

El viernes pasado, un pedazo de cornisa se precipitó desde una novena planta y cayó sobre la cabeza de Jihyun. «Ella debería estar en Cebú [Filipinas] con sus amigos, y sin embargo me recibe con su rostro frío y la cabeza rota, sin sonrisa», escribe el padre de la joven coreana, de 32 años, que encontró la muerte mientras paseaba frente al número 31 de la calle de Alcalá, donde está la sede de la Consejería de Cultura. Tras recibir el impacto de un elemento ornamental (de 15 centímetros) que se desprendió del edificio público, Jihyun sufrió un traumatismo craneoencefálico severo y entró en parada cardiorrespiratoria. Los efectivos del Samur Protección Civil la intubaron y trasladaron en estado crítico al Hospital Clínico, donde se debatió durante horas entre la vida y la muerte. Falleció al día siguiente y, cinco días más tarde, sus padres han descargado su dolor en una carta. «No puedo comer ni dormir», explica el progenitor, en una misiva en la que describe la odisea que tuvieron que soportar después de conocer la tragedia. Ambos esperaron «cinco largas horas» a la autorización del juez para poder ver el cadáver de su hija, en las dependencias del Instituto Anatómico Forense. Mientras, «las autoridades de la Comunidad anuncian reiteradamente que lo sienten pero que tienen limitadas las competencias para poder prestarnos ayuda», critican. Y la Policía, que se ha hecho cargo de la investigación, «ha retirado las pruebas básicas» de la misma. Sin consuelo Las líneas de la carta, adelantada por El Mundo, reflejan el desencanto de los padres de Jihyun con la capital y sus autoridades. «Madrid debe ser una ciudad segura», comienza la misiva. «Debe ser una ciudad civilizada donde las autoridades faciliten lo necesario y consuelen verdaderamente a las familias de las víctimas», continúa. «No puede ser una ciudad donde la gente fallezca por una borrasca que cause el desprendimiento de objetos de un edificio», zanja. Aunque no está confirmado, el vendaval registrado la semana pasada podría haber sido la causa del desprendimiento, que se produjo a las 14.45 horas del viernes. Después del accidente, fuentes de la Consejería de Cultura insistían en que su sede «está en perfectas condiciones». «No sirve de consuelo pero el edificio estaba al día de todas las inspecciones técnicas», corroboró el sábado el consejero del Interior, Enrique López, cuando confirmó el fallecimiento de Jihyun. Lo cierto es que el inmueble pasó la ITE (Inspección Técnica de Edificios) en 2015, pero «grandes lluvias y vientos provocan estos casos tan fatídicos», añadió el consejero madrileño. Hasta ahora, el único consuelo para los padres de Jihyun, que acababa de terminar sus estudios en España, es declarar el amor que le profesaban: «Has sido un orgullo para nosotros, siempre mostrabas mucha seguridad y confianza en todo lo que hacías», transmiten en la emotiva carta. Ellos y su familia, en Corea del Sur, no pueden hacer más que llorar por este «trágico accidente que quizá podría haberse evitado».

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