sábado, 28 de diciembre de 2019

Assita Kanko, amiga de Puigdemont y musa del independentismo flamenco

El pasado primero de diciembre, la Nueva Alianza Flamenca (N-VA) un partido abiertamente partidario de la desaparición de Bélgica y la independencia de Flandes, organizó un acto con motivo de la fiesta de San Nicolás, en el que la estrella política era Assita Kanko, su figura ascendente como atractivo mediático. Esta periodista de origen africano, nacida en Burkina Faso, pronunció el discurso que era la amenidad para que los asistentes pagasen la entrada con la que alimentar las arcas del partido independentista. Así se ahorran también cualquier polémica con el paje negro del santo obispo (el «zwarte piet»). La ahora eurodiputada fue también la que corrió a la sede del Parlamento Europeo en Bruselas para impedir que cerrasen las oficinas antes de las vacaciones de Navidad, de modo que el huido Carles Puigdemont pudiera recibir al menos una acreditación provisional una vez que el tribunal de Luxemburgo publicó su decisión sobre el inicio de su inmunidad. Kanko es una de las nuevas musas de la N-VA. Una mujer de orígenes exóticos que afirma ser fervientemente feminista y por ello se la considera estratégicamente con más legitimidad para lanzar los discursos anti inmigración que los «hombres blancos» que los construyen, como el propio líder del partido, Bart De Wever, el ex ministro del Interior Jan Jambon o el que fue secretario de Estado de Inmigración y conocido simpatizante del régimen nazi, Theo Francken. Mutilación genital Nacida en 1980, en el libro que ha escrito afirma haber sobrevivido a la mutilación genital que le fue practicada cuando era niña. Su biografía está marcada por el asesinato en 1998 de un periodista conocido en su país, Norbert Zongo, un hecho que le hizo emigrar a Europa en 2001 para estudiar periodismo, primero en Holanda, hasta que finalmente se estableció en Bélgica, un país que la recibió con los brazos abiertos y que le otorgó su nacionalidad en 2008. Su inquietud política la llevó primero a militar en el Movimiento Reformador (MR, liberal francófono) y a ejercer como concejal de uno de los ayuntamientos más prestigiosos de Bruselas, el del barrio de Ixelles. Pero como sus oportunidades políticas en esa formación eran más limitadas, el año pasado dio el salto y aceptó la oferta de los independentistas flamencos, como su principal elemento de propaganda en Europa. En apenas una década en Bélgica ha pasado a militar entre los que proclaman sin ocultarlo que su nuevo país debe desaparecer. Tal vez en Holanda se sintió inspirada por el ejemplo de Ayaan Hirsi Ali, perseguida por renegar de su religión y que después de un fugaz paso por la política holandesa vive en Estados Unidos. Assita Kanko ni siquiera ha tenido que decir en Bélgica cuál es la religión que profesa, si es que profesa alguna. Su única creencia pública es el feminismo militante, lo que en su pensamiento no entra en contradicción con los postulados separatistas de la Nueva Alianza Flamenca. Como eurodiputada es vicepresidenta del grupo parlamentario del grupo de los Conservadores y Reformistas (ECR) en el que también es vicepresidente el representante de Vox Hermann Tertsch. Para los colegas de Kanko, esta circunstancia de sentarse junto a los populistas españoles es «muy desagradable» pero la aceptan por razones estratégicas y con la resignación de saber que «en todas partes tienes ese tipo asqueroso que te hace mirar hacia otro lado». Los de Vox aún creen que los principales aliados de los separatistas catalanes son gente «caballerosa».

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