sábado, 28 de diciembre de 2019

El cuartel del Conde Duque, punto de encuentro de la historia y la memoria de Madrid

El antiguo cuartel del Conde Duque es hoy un punto de referencia de la capital donde están instalados diversos servicios del Ayuntamiento de Madrid. Es conocido especialmente por todas las actividades culturales que allí se realizan pero son distintas las entidades que conviven y que convierten a este monumental edificio en memoria viva de Madrid. El Archivo de Villa, por ejemplo, guarda patrimonio documental del consistorio desde 1152. Hay que remontarse tres siglos para hablar del origen del cuartel que diseñó el arquitecto madrileño Pedro de Ribera. Felipe V lo mandó construir en 1717 para instalar el Real Cuartel de Guardias de Corps, el cuerpo militar de élite que custodiaba a los reyes y que fue precursor de la Guardia Real. Allí se alojaron 600 guardias, con vistosos y ricos uniformes, y 400 caballos. Este cuartel se levantó próximo al Alcázar en unos terrenos que pertenecían al Conde de Lemos y Duque de Berwich, razón por la cual pasó a ser conocido como cuartel del Conde Duque. Aunque existe otra versión sobre su nombre ya que según Mesonero Romanos se debió al conde-duque de Olivares, valido de Felipe IV. Ribera optó por un edificio funcional de carácter militar con planta prácticamente rectangular que se organiza en torno a tres patios interiores. Durante muchos años fue el edificio más grande de la capital con más de 50.000 metros cuadrados de superficie y 228 metros de línea de fachada. Se concluyó casi en su totalidad en 1730. La portada de estilo churrigueresca es el elemento más destacado de la fachada principal y cuenta con símbolos militares y reales. El edificio tuvo muchos usos, teniendo en cuenta su superficie y sobre todo las distintas dependencias. Durante el XIX fue academia militar, observatorio astronómico y parte del sistema de comunicaciones de telégrafo óptico: la torre de telegrafía era la número 1 de la Línea de Castilla, que comunicaba Madrid con Irún. Pero un incendio en 1869 obligó a cambiar el cuartel ya que se destruyeron los pisos superiores y la torre de la fachada oeste que se usaba como prisión prácticamente desaparece. Un siglo después, en 1969, el Ayuntamiento adquiere el cuartel y deja de tener uso militar pasando a ser rehabilitado con fines culturales por el Ayuntamiento de Madrid. El arquitecto Julio Cano Lasso se ocupa de su restauración aunque antes fue necesario evitar la demolición del cuartel por el alto coste que suponía su conservación. La figura del Marqués de Lozoya, por entonces presidente de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, fue decisiva para impedir dicha demolición. Gracias a la última restauración se recuperó la fábrica de ladrillo visto, el rasgado original de los vanos y las alturas primitivas en las zonas donde había desaparecido. Tras la rehabilitación se fueron instalando las distintas entidades. El Centro Cultural (1983), la Hemeroteca Municipal (1983), Archivo de Villa (1987), Biblioteca Histórica (1990), Biblioteca Musical Víctor Espinós (1990), Biblioteca Pública (1990), Museo de Arte Contemporáneo (2001) y Biblioteca Digital. Ya entre 2009 y 2011 se renovaron las instalaciones y equipamientos y se incorporaron nuevos espacios: auditorio, teatro, salón de actos y dos salas de ensayo. La memoria de Madrid «Muchas veces quien lo visita no es consciente de la magnitud de este edificio», explican a ABC trabajadores de Conde Duque. «Se va al teatro, a conciertos, a la biblioteca, al archivo….pero cuando pensamos en todo su conjunto es inmenso», añaden. Y es que además de todo el espacio que vemos en la superficie hay que añadir kilómetros de pasillos por debajo, bóvedas, túneles, escalinatas… Allí se guardan manuscritos, incunables, joyas de la música y literatura. El Archivo de Villa es una de esas joyas de valor incalculable ya que el Ayuntamiento guarda documentos desde 1152. Un lugar al que acuden muchos madrileños, «sobre todo para pedir planos de edificios cuando van a hacer obras», cuenta un funcionario del Archivo. Allí están los padrones municipales históricos desde 1840 en donde constan los nacimientos y las defunciones. Antes de existir el padrón, eran las parroquias las que se ocupan de registrar estos datos. «Es interesante ver estos registros porque puedes ver la letra de las personas, eran ellas quienes rellenaban sus datos», añade. En el sótano está el archivo y en la caja fuerte se guardan los documentos más valiosos. La Biblioteca Histórica cuenta con más de 235.000 libros y folletos, impresos y manuscritos entre los siglos XV y XXI. Destacan 14 ejemplares incunables, la colección de Cartas reales y 23 autos sacramentales autógrafos de Calderón de la Barca. Los incunables se guardan en cámaras de seguridad y en tres armarios ignífugos. La Biblioteca Musical, por su parte, tiene más de 300 instrumentos de cuarta y viento y un órgano que se tocaba en el pabellón de caza de la Casa de Campo. En esta biblioteca existe una sección de préstamo de instrumentos durante los cursos académicos. En cuanto a la Biblioteca Pública, es una de las más visitadas por los jóvenes ya que cuenta con mucho espacio para estudiar además del servicio de préstamo. Tiene más de 52.000 volúmenes, unos 10.000 materiales multimedia, prensa y revistas. En la Hemeroteca Municipal destacan los más de 31000 títulos instalados en 24 kilómetros de estantería.  El Museo de Arte Contemporánea data de 2001 aunque se amplió en el 2006 pero su colección de arte es anterior. Son fondos que se han ido reuniendo desde los años 80 e incluyen distintos periodos y estilos de creación artística de la ciudad. Y recupera para los madrileños el Despacho del escritor vanguardista Ramón Gómez de la Serna como nueva tarjeta de identidad del museo en conexión con la colección permanente Y desde el Plan Director del Conde Duque 2005 se habilitaron distintas infraestructuras: un teatro de 250 localidades, un salón de actos con 270 butacas, dos salas de ensayo, una sala de bóvedas donde antes estaban las caballerizas y un auditorio para 250 espectadores. Además los patios se utilizan para distintas actividades «Para el cine de verano, conciertos, mercado de comidas, festivales…hemos hecho muchas cosas», subrayan desde Madrid Destino. Una curiosidad del edificio es que tan solo una estrecha calle le separa del Palacio de Liria, residencia oficial de la Casa de Alba. Todos los rincones del edificio se utilizan, incluso un enorme muro de piedra de la planta baja en el que se realiza arte sonoro. Y es que Conde Duque tiene la magia de reunir todas las manifestaciones artísticas en sus muchas salas. Es el punto de encuentro de la historia y la cultura de Madrid.

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