lunes, 30 de diciembre de 2019

Pablo Casado: «El PP ha respondido a cada cesión al independentismo»

El año 2019 no ha sido nada fácil para el Partido Popular de Pablo Casado. Después de una oportunista moción de censura en la que el PSOE no dudó en desalojar del poder a Mariano Rajoy de la mano de nacionalistas e independentistas, Casado afrontó sus primeras elecciones generales en abril afrontando la mayor fragmentación del centro-derecha desde la misma fundación de su partido. La irrupción de Vox y el auge de Ciudadanos (Cs) en abril relegaron al PP a unos insuficientes 66 escaños, pero ya en los comicios autonómicos y europeos los populares dieron síntomas de mejora. El 10-N, con la repetición electoral, el PP se recuperó hasta los 89 escaños, pero esta vez el gran perjudicado fue Cs, sumido ahora en unos irrelevantes diez escaños, y el centro-derecha vio de nuevo cómo la izquierda le superaba en diputados. Pedro Sánchez, 48 horas después de las elecciones, firmó un preacuerdo con Pablo Iglesias que se materializó ayer y que, salvo sorpresa, recibirá el sustento parlamentario necesario para sacar la investidura de nuevo con el respaldo de nacionalistas e independentistas. Pero Casado, en el balance anual que realizó en la sede nacional del PP, en la madrileña calle de Génova, quiso lanzar un mensaje de esperanza a los españoles ante cualquier «amenaza» al orden constitucional a la que se vea tentado un Gobierno que ha elegido como socio principal a un partido cuyo líder cumple condena por sedición. «Quiero mandar un mensaje de esperanza: el PP ha ido siempre respondiendo a cada amenaza», clamó ayer Casado, quien añadió: «Este es el año de las cesiones al independentismo y de respuesta del PP». Por la mañana, el presidente del PP se reunió con el senador boliviano Óscar Ortiz para abordar el conflicto diplomático entre España y su país, y después mantuvo un encuentro con su Comité de Dirección y con los dirigentes de los grupos parlamentarios del PP en el Congreso y en el Senado. Su apretada agenda no le impidió atender después a la prensa durante algo más de una hora y diez minutos, en una comparecencia en la que pasó revista a un año marcado por el «gran vacío» de leyes, como publicó ayer ABC, y por la «estafa» de un Sánchez que «no ha cumplido nada de lo que decía en la moción de censura». «España va mal», resumió Casado, en unas palabras antagónicas a las que pronunciaba José María Aznar cuando era el PP quien lideraba el Gobierno de España. Diagnóstico anual A modo de resumen, el presidente del PP condenó las cesiones al independentismo protagonizadas por Sánchez; la degradación institucional a la que está sometiendo al CIS, a la televisión pública, a la Diputación Permanente del Congreso con su uso partidista o a la Abogacía del Estado; la «inercia» como única respuesta ante la desaceleración económica; el abandono de las políticas sociales con la congelación de las pensiones; o la actual irrelevancia internacional de España. Frente a la Declaración de Pedralbes, el PP llamó a la movilización ciudadana en la protesta protagonizada junto a Ciudadanos y a Vox, y ahora, ante las contradicciones de Sánchez, los populares responderán con todos los mecanismos que estén al alcance de su mano. Bien sea registrando una proposición de ley para tipificar en el Código Penal los referendos ilegales –promesa electoral del secretario general del PSOE caída en el olvido–, o reclamando a la Junta Electoral Central que haga efectiva la inhabilitación de Quim Torra. El mensaje: el PP será el baluarte ante el «sanchismo». El presidente popular afronta tres grandes retos de cara al 2020 Tras la radiografía de la situación, el presidente del PP, Pablo Casado, se marcó tres grandes retos en el año 2020. El primero, ya intentado en 2019, es la unificación del centro-derecha para acudir a futuras citas electorales con una fórmula que no castigue su actual fragmentación. Para ello, deberían cambiar su actual parecer tanto Ciudadanos como Vox, que por el momento han rechazado todas las ofertas del PP en ese sentido. El segundo, «evitar la cantonalización de la política española». La moción aprobada en el Ayuntamiento de León para separarse del resto de Castilla y León y abrir un proceso para reclamar su autonomía es solo el último ejemplo. Y, por último, derrotar al populismo y convencer al electorado de la necesidad de una política «seria, serena, moderada y centrada».

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