martes, 3 de marzo de 2020

La calle con más arte de España

A imagen y semejanza del Lower East Side neoyorquino y el East End londinense, la calle del Doctor Fourquet es la meca madrileña del arte contemporáneo. En apenas unos cientos de metros, en pleno corazón de Lavapiés , esta vía concentra casi una quincena de galerías, a espaldas del Museo Reina Sofía. Y el germen que empezó, hace un cuarto de siglo, con la imprescindible Helga de Alvear, está en plena expansión. «Ahora las galerías se están diseminando por la zona; son galerías jóvenes, más innovadoras», cuenta Paloma González, en el local del número 28 de Doctor Fourquet. Hace un lustro que abrió F2 Galería, junto a Enrique Tejerizo, para compartir calle con una hilera de espacios dedicados al arte. Además de las veteranas, como Espacio Mínimo, que se instaló en el 2000, y otras que no tardarán en cumplir una década, como Moisés Pérez de Albéniz, la vía continúa dando la bienvenida a nuevas galerías. Juan Silio es una de las últimas en llegar, desde Santander. «Aquí es donde están la mayoría de las galerías y facilitas las visitas a los compradores y visitantes», explican en este espacio, todavía poniéndose en marcha en el número 18, ya que aterrizó hace dos semanas, poco después de Galería Nueva, en el número 10. Pero esta proliferación no se restringe a Doctor Fourquet. Hay locales reformados, desde hace unos meses, en las vías aledañas de Argumosa, Mallorca y Miguel Servet. «Madrid ebulle, está a tope», dice Josechu Carreras, socio de The Ryder, que nació en Londres en 2015. Hay que atravesar dos portales y un pequeño patio interior para encontrar este original rincón, en el número 13 de Miguel Servet. «Esta zona mola mucho más que el barrio de Salamanca, el público es más propenso a ver arte», afirma Carreras. «Es estrátegico», coincide su fundadora, Patricia Lara. Como a tantos otros, esta ubicación les permite formar parte de uno de los ejes culturales de la capital, que conecta el Museo Reina Sofía con el espacio vanguardista de La Casa Encendida y los sótanos de Tabacalera. Gentrificación No obstante, este enclave ideal, entre restaurantes veganos y tiendas de moda «vintage», es cada vez menos accesible. «Hay galerías que no han podido comprar [locales] porque el precio es desorbitado», explica Ester Almeida, gallery manager de Moisés Pérez de Albéniz. «Los alquileres se han disparado», asegura Paloma González, calle abajo, en F2. Pero eso no es excusa para buscar otro lugar. «Intentas estar donde están los demás», zanja González. Aquí, la competencia no pertenece a los códigos del mundo del arte. De hecho, los galeristas intentar coordinar sus exposiciones para intercambiar clientes. «La concentración atrae a los coleccionistas, pasean por curiosidad; nos beneficiamos todos», afirma José Martínez Calvo, uno de los directores de Espacio Mínimo. Dos décadas después de tener la visión de instalarse en la zona, constata que el barrio «ha cambiado totalmente». Y, sin embargo, sigue siendo «la calle de las galerías de España».

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