El nombre de Dietmar Hopp sigue en la primera plana del fútbol alemán después de que Hoffenheim y Bayern de Múnich protagonizaran uno de los momentos más llamativos del curso futbolístico. Si el partido que los enfrentó el sábado terminó con un gran rondo entre los dos equipos después de que el árbitro detuviese el encuentro por las pancartas desplegadas en las que se proferían graves insultos contra el máximo accionista del Hoffenheim, ayer la escena tuvo réplica en el Stadion An der Alten Försterei. Allí se enfrentaban Unión Berlín y Wolfsburgo, que tuvieron que pedir a los aficionados que retirasen las consignas expuestas. Visto el revuelo causado, no se descarta que el movimiento contra Hopp siga teniendo carrete. La polémica colea al hilo de la rareza que supone que un personaje acapare más del 50 por ciento de las acciones de un club, algo que la liga alemana prohíbe desde que la quiebra del grupo de televisión Kirch golpeó con violencia al fútbol germano. Se pretendía así proteger a los clubes de los tejemanejes de grandes inversores extranjeros, como ocurre en España, por ejemplo. Hopp, que tiene el 96 por ciento, puede hacerlo porque cumple las normas de excepción que se impusieron en 2015: llevar más de 20 años invirtiendo en el club. De este modo, con más de 350 millones de euros invertidos en el equipo de su localidad, que tiene poco más de 3.000 habitantes, logró pasar de la quinta división a la Champions League. El Red Bull Leipzig es un caso similar que no causa simpatías en el fútbol alemán.
De Deportes https://ift.tt/38e3xC7
0 comentarios:
Publicar un comentario