jueves, 21 de noviembre de 2019

Concha Espina, la zona cero de las obras del Bernabéu: «Evitamos pasar por ahí»

En la avenida de Concha Espina sobresalen, a medida que se acorta la distancia con el Santiago Bernabéu, las líneas amarillas dibujadas en el asfalto, que señalizan el estrechamiento de los carriles de la calle y, también, la desaparición de algunos de ellos a causa de las obras de remodelación del estadio. La calle lateral se ha convertido en la «zona cero» de los trabajos. Entre los números 7 y 37 ha desaparecido el carril de estacionamiento que ahora está reservado para que los autobuses discrecionales paren allí, cuando antes lo hacían en el aparcamiento principal del templo madridista. Donde antes estaba el centro comercial de La Esquina, ya reducido a polvo para construir una plaza y un aparcamiento subterráneo, las vías para el tránsito rodado han disminuido a tres para situar las máquinas que trabajan en el lateral. Allí, entre la torre B y el Real Madrid Café, las zonas operativas se estrechan todavía más: en el tramo hacia la Castellana solo una está disponible. Al llegar a la confluencia, ya se amplían a cuatro. Un cartel de «rogamos disculpen las molestias» indica al viandante por dónde debe caminar. «Evitamos pasar por esa zona del estadio. Ahora andamos por la acera de los número pares, donde no hay ninguna maquinaria colocada», dice Ana, una vecina la zona, señalando el cruce con la calle de Padre Damián, donde unas lonas blancas y bolardos separan la acera improvisada de la carretera. La situación para los vehículos empeorará, según el calendario de actuaciones que se ha marcado el Ayuntamiento de Madrid por los trabajos en el estadio, entre el 29 de noviembre y el 5 de diciembre, fechas que podrán variar en función de las condiciones climatológicas. Para instalar una gran grúa en la calle, los carriles operativos se reducirán a uno en cada sentido de circulación. A partir de la noche del 5 al 6 de diciembre, se ampliarán a dos desde la plaza de los Sagrados Corazones hasta el paseo de la Castellana, y viceversa. «Cada mañana, desde que empezaron las obras, tengo que salir media hora antes de casa para llegar al trabajo por los atascos que se forman. La situación del tráfico ha empeorado esta semana con la lluvia», cuenta Rocío, una de las conductoras afectadas que vive en la zona aledaña al estadio. En la calle del Padre Damián tan solo quedan cuatro de los cinco carriles que existían, que se han estrechado y también están señalizados por líneas amarillas en la calzada. El Ayuntamiento ha reconfigurado las zonas de aparcamiento para ocasionar las menores molestias a los conductores. De momento, en la calle no se procederá a ninguna nueva ocupación, ya que, tras instalar la pasarela para que los aficionados accedan al recinto y la maquinaria, no es necesario colocar ningún medio auxiliar en lo que queda de año. Comerciantes En el cruce entre las dos vías, Pili lleva cuarenta años vendiendo flores. «Los pedidos no han disminuido, pero lo que sí vemos es que pasa menos gente del barrio por delante que antes iba al supermercado; ahora, se van a otras zonas», cuenta la gerente. «Que pongan otro súper aquí», reclama una clienta a la que en ese momento están atendiendo. Lo que más afecta a los residentes de los edificios situados frente al coliseo madridista es el ruido constante del taladro. «Intentamos acostumbrarnos. Antes nos dolían los oídos, ahora ya no, algo al menos hemos avanzado», dice con ironía la mujer. A diferencia de la floristería, la farmacia que hace esquina en Concha Espina sí ha notado pérdidas. «Este era un establecimiento de paso, abierto 24 horas. La gente camina ahora por los números pares, que no hay obras. Desde julio se ha notado la bajada de las ventas pero el último mes ha sido el peor: han caído un 10%», cuenta Miguel, titular del local. Nueva maquinaria Las obras han cambiado y lo seguirán haciendo hasta 2023, cuando se inaugure el nuevo Bernabéu, el paisaje urbano de la zona, atestado ahora por grúas. En la Castellana, entre la plaza de Lima y Rafael Salgado, se instalarán dos nuevas estructuras a partir del 10 de diciembre y se mantendrá la circulación actual, con el lateral cortado. No solo Concha Espina está afectada. Rafael Salgado también sufre los trabajos. Hasta final de año se mantendrán los cortes que existen ahora en la calle. Los dos carriles por sentido ya están reducidos a uno y sin plazas de aparcamiento en la zona más próxima al estadio, que terminará siendo peatonal. Igual en el paseo de la Castellana, donde se instalará una nueva grúa entre el 27 de noviembre y el 2 de diciembre que no afectará a la movilidad de esta arteria principal.

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