El Real Madrid ganará la Liga o no en el mes de mayo, pero el semblante de Zidane era el mismo que mostraba cuando conquistó el título hace tres años, preludio de un doblete histórico, con la Champions como broche. Cara de confianza, de la seguridad que le transmite la reacción de su equipo. Ayer pidió a sus pupilos que lucharan por ser líderes e inyectar presión al Barcelona. Y sus hombres, su vieja guardia, sus veteranos, Ramos, Marcelo, Isco, Modric, Kroos, dieron la cara para alcanzar el primer puesto. El francés ha convencido a sus jefes de campo. Pueden ganar el campeonato español y deben concentrarse en ello. Y creer en ellos. «Vamos a pelear por la Liga hasta el final», reconocía el entrenador madridista. «Esto va a ser muy largo, solo acaba de empezar y lo importante es que los jugadores han respondido». Las Ligas se ganan trabajando duro en campos así, ante diluvios terrenales, frente a rivales duros. Zizou mostró su felicidad por haber conseguido que su plantilla se moje por el título liguero: «Son tres puntos importantísimos. Nos empataron tras el primer gol, sabíamos que íbamos a sufrir y fuimos tranquilos a buscar el segundo gol y el triunfo». «Nunca perdimos a Isco» El técnico marsellés lanzó un dardo a sus críticos, a esos que dicen que es un mero alineador de nombres: «Hace un mes decían de todo de nosotros». Y no remató la frase. La dejó para que la rubricaran otros. Sonríe por fin tras meses de sufrimiento. Quiere dejar claro que sabe lo que hace. Ha introducido un aumento del trabajo físico diario y el estado de forma general le da la razón: «Están todos mejor», admite. Concretó dos ejemplos, Militao e Isco: «Militao lo ha hecho muy bien, aunque no ha jugado mucho. Voy a contar con todos, unos más unos menos, porque hay futbolistas que disputarán sesenta partidos este año». Y ensalzó al malacitano: «Nunca hemos perdido a Isco, siempre ha sido importante, tiene personalidad. No le cuesta aparecer en un momento complicado y ha estado fenomenal otra vez», tras la brillantez lucida ante el PSG. «Ganar estos partidos te da mucha confianza», destacaba Zidane, que aceptó que sus futbolistas demuestran mayor actitud en el campo: «Sí, pero no es que hayamos cambiado, es que estamos todos mucho mejor». Esa es su clave, el salto físico que ha labrado con dos minipretemporadas consecutivas en octubre y noviembre. Era un hombre feliz, un francés alegre en Vitoria, contento por la respuesta de un grupo de talentos acostumbrados a ser fundamentales con el balón en los pies, pero no en el trabajo por recuperarlo. Tiene tal fe en la evolución de sus hombres que en Mendizorroza dio descanso inicialmente a un gladiador como Valverde y se apoyó en estilistas como Isco, Modric y Kroos en un terreno empapado. Y venció. Los creadores se pusieron también el mono de trabajo: «Todos me demuestran cada semana que están enchufados». Dos defensas, Ramos y Carvajal, enchufaron los goles del triunfo. La mirada de Zinedine ofrecía la confianza de quien sabe lo que ha conseguido y está por llegar. El alineador vuelve a enseñar los dientes.De Deportes https://ift.tt/2P2NoaL
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