La interinidad en la que vive Ciudadanos (Cs) desde la dimisión de Albert Rivera puede provocar que su previsible sucesora, Inés Arrimadas, no tenga voto en la posición del partido en una hipotética investidura de Pedro Sánchez. Hoy los liberales eligen en su Consejo General la composición de la gestora que los pilotará hasta que se complete el relevo de liderazgo, y ayer su portavoz en el Congreso, única que se ha postulado hasta la fecha, anunció que no formará parte del órgano. Su intención es remarcar la independencia de la gestora con el que será su proyecto en la quinta Asamblea General de los liberales, de la que hoy también se conocerá su fecha exacta, aunque ya se sabe que tendrá lugar en marzo. El presidente del Consejo General, Manuel García Bofill, encabezará la gestora tal y como marcan los estatutos de Cs. Hoy propondrá a los consejeros una terna de entre diez y quince vocales que deberán contar con el respaldo de la mayoría absoluta del cónclave, según refleja un reglamento interno al que ha tenido acceso ABC. En este documento se regula el funcionamiento de la gestora y, en su artículo 9.4, se concede a su presidente la facultad de invitar a cualquier persona externa a este órgano a sus reuniones. Es decir, aunque Arrimadas no tendrá derecho a voto en ninguna de las deliberaciones, sí podrá asistir a los encuentros y dar su opinión, previo permiso del presidente Bofill. En el entorno de Arrimadas, no obstante, reconocen que ella ya está ejerciendo de facto el liderazgo de Cs y celebran que los estatutos establezcan cuatro meses de separación entre un congreso extraordinario y una participación en unas elecciones. Así, defienden, puede preparar a conciencia la renovación que ella desee. Marca el camino La iniciativa de Arrimadas quedó patente ayer en el Congreso de los Diputados. Después de presentar sus credenciales para la XIV Legislatura, señaló el camino a los suyos, de momento en una línea muy continuista con la anterior dirección al menos en clave investidura: Cs no se abstendrá ante «un gobierno de pesadilla» que no permite dormir, en palabras de Sánchez, «al 95 por ciento de los españoles». En privado, miembros del actual Comité Permanente admiten que la situación sería distinta con Podemos fuera del futuro ejecutivo. Pero la presencia de «populistas» en La Moncloa y la dependencia de los nacionalistas blindan el «no» de Cs. De ahí que ayer Arrimadas abogase nuevamente por una mayoría «moderada» de 221 diputados –los que juntan PSOE, PP, Cs y Navarra Suma– y exigiese a Sánchez cambiar «la mesa de la vergüenza con ERC por una constitucionalista».De España https://ift.tt/2rzqnnX
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