viernes, 29 de noviembre de 2019

Tregua entre Atlético y Barça después de la gresca por Griezmann

Llega el Barcelona con Griezmann al Wanda y en el inevitable recuerdo del pasado se anuncian los altavoces del malestar por una forma de abandonar la entidad que no gustó en ninguna instancia del Atlético. Provocó desagrado en la dirección del club, fastidió en el vestuario e irritó a la parroquia. Nadie espera que mañana en el estadio (21.00 h.) prevalezcan los aplausos sobre los reproches. El Atlético, que se llegó a plantear acudir a los tribunales por el fichaje «unilateral» del jugador y la entidad azulgrana, rebaja ahora la tensión de entonces y establece una tregua institucional. No hay pelea a la vista entre el Atlético y el Barça por los rescoldos que dejó el campeón del mundo. En el sector dirigente del Atlético se habla de «normalidad», «defensa de una posición» y «respeto» cuando se recuerda que el Barcelona contrató a Griezmann por la espalda, la connivencia obvia del jugador y la postura desairada del Atlético en una nueva pérdida de una estrella. «No vamos a estirar la polémica. Solo queremos respeto», dicen en la planta noble. El Atlético recibió 15 millones de euros por cerrar el caso Griezmann con el Barça. El club madrileño advirtió a la directiva de Bartomeu que poseía documentación y correos electrónicos que probarían que el Barça cerró el traspaso en marzo, cuando el jugador costaba 200 millones y no 120, como finalmente pagó después de julio. A cambio, el Barcelona se aseguraba un derecho de tanteo sobre Saúl y Giménez (todas las partes tendrían que estar de acuerdo en el traspaso, Atlético, jugadores y Barça). Un trato que se relativiza en las oficinas de la entidad madrileña, ya que, según se afirma, son acuerdos comunes en el fútbol y que el Atlético también ha fijado con otros equipos: opciones de compra preferentes y derechos de tanteo. En realidad, ese documento tiene una traducción evidente. El Atlético quiere que el Barça avise si va a intentar fichar a algún jugador y no lo haga por las bravas, como con Griezmann. Después de cinco temporadas en el Atlético, donde pasó de ser un buen jugador en crecimiento a una estrella mundial, el delantero francés mantiene potentes vínculos con el vestuario rojiblanco y con otros estamentos de la entidad. Pese a que también se marcharon sus amigos íntimos, Godín (al Inter)y Juanfran (al Sao Paulo), miembros de la guardia pretoriana del Cholo Simeone, Griezmann mantiene buena relación con sus antiguos compañeros, en especial Koke y Lemar. En el vestuario del Atlético y en las oficinas se considera por amplia mayoría que el francés se equivocó en la manera de afrontar su salida del club. Sus maneras, ególatras y poco claras hasta que se consumó el inevitable vídeo-comunicado, denotaron poco respeto y agradecimiento al equipo que lo elevó a los altares. Mañana se comprobará en el Wanda si Griezmann cruza al pasillo de los apestados (Courtois, Kun Agüero, Hugo Sánchez) o recoge agradecimiento por los servicios prestados.

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