viernes, 29 de noviembre de 2019

El juez cita este sábado al jurado a la espera de un nuevo veredicto

Parecía demasiado fácil que a la primera el jurado popular alcanzara un veredicto sin mácula para poner punto final al proceso por el crimen de Diana Quer, tras dos semanas de juicio al autor confeso de su muerte y único acusado, José Enrique Abuín. Casi del mismo modo atribulado en que se produjeron las once sesiones de la vista oral, con testimonios contradictorios, interrogatorios cargados de tensión, un jurado que necesitó de dos procesos de selección para ser constituido y, remontándonos al inicio, una investigación de 500 días llena de obstáculos, ayer el veredicto se hizo de rogar. Los integrantes del tribunal popular comunicaron a última hora de la tarde del jueves que, en principio, habían alcanzado un fallo, dando respuesta a las 27 cuestiones objeto del veredicto que se les entregaron en la mañana del martes. Habían necesitado tres días para introducir luz en un relato de los hechos marcado por amplias zonas de oscuridad y que, durante el juicio, han quedado evidenciadas por la ausencia de pruebas objetivas. Todo giraba alrededor de la violación, la variable esencial, el requisito que determina la pena de prisión permanente revisable para el Chicle. Sin embargo, a primera hora, cuando los jurados entregaron su fallo al presidente del tribunal, el magistrado Ángel Pantín, este ya detectó que sus instrucciones para articular el veredicto no habían sido seguidas con el debido rigor. En aplicación de la Ley del Jurado, llamó a las partes a una audiencia privada y les trasladó el veredicto junto a sus apreciaciones. Y tanto fiscalía como acusación particular y defensa coincidieron con el criterio del juez, por lo que este devolvió el veredicto al jurado . Falta de argumentación ¿Qué ha podido fallar en este primer veredicto? Fuentes oficiales del Tribunal Superior de Justicia de Galicia (TSXG) informaron que el presidente del tribunal detectó «errores formales» que podrían ser fácilmente subsanables, otros aspectos en los que se considera necesaria «una mayor fundamentación» e incluso «posibles contradicciones» en el relato de los hechos que los jurados consideran como probados, y sobre el que el magistrado Pantín deberá posteriormente elaborar su sentencia e imponer la pena que corresponda al acusado. Los hechos que los jurados consideren acreditados no basta con que estén enunciados, sino que deben referenciarse a pruebas o testimonios exhibidos durante las once sesiones de vista oral, de manera que estén razonadamente sustanciados. En este caso, la complicación añadida es la ausencia de prueba objetiva, lo que obliga al jurado a manejarse con indicios. Sobre ellos Pantín ya les previno al respecto de que «cuando hay varios, entre sí deben fortalecerse, relacionarse y que no se contradigan», y que «la deducción de esos indicios sea racional, por sentido común». Así las cosas, Ángel Pantín volvió a dirigirse ayer por la mañana a los integrantes del tribunal popular para aportarles una nueva tanda de indicaciones, después de las que les facilitó el martes. «Deben designar los elementos de prueba que han visto aquí que les llevan a tomar su decisión», les detalló durante la última sesión del juicio, «y deben dar una sucinta explicación por la que han declarado o no unos hechos como probados. Tienen que dar razones suficientes, motivos que hagan entender a alguien ajeno cómo han tomado una decisión». Nueva deliberación Tras estas nuevas instrucciones, los cinco hombres y cuatro mujeres que componen el jurado retomaron su deliberación. En un principio se especuló con que a lo largo del día de ayer pudieran evacuar un nuevo veredicto, pero poco antes del mediodía el TSXG avanzaba que las partes habían sido convocadas para las diez de la mañana de hoy. No obstante, no hay garantías de que hoy sábado ya se hayan resuelto las incidencias indicadas en el veredicto y haya un fallo aceptable para el magistrado, pero al jurado se le ha querido trasladar el mensaje de que debe acelerar su decisión. «Deben esforzarse con la razón y el sentido común para llegar hasta la conclusión que puedan», les conminó Pantín el martes, al tiempo que les puso sobre la mesa un aviso claro: si el veredicto es devuelto en tres ocasiones, el jurado será disuelto y habrá de repetirse el juicio, el escenario indeseado por todas las partes. Aunque sin duda sería el final lógico para un caso convertido en una carrera interminable de obstáculos desde su comienzo, aquel lejano 22 de agosto de 2016 en A Pobra do Caramiñal. ¿Cuándo habrá un nuevo veredicto? ¿Tienen un plazo para corregir el fallo? Según la Ley del Jurado, dado que ya hubo una primera devolución, contarían con dos días de plazo hasta que el juez los volviera a requerir (Art. 57). Sin embargo, se ha fijado cita para las 10 horas de hoy como medida de presión. ¿Debe rehacerse el veredicto desde cero? En principio, no. El presidente del tribunal elaboró ayer un escrito en el que detallaba al jurado sobre qué aspectos concretos deben pronunciarse, por lo que, en teoría, no debería afectar al relato fáctico que ya estuviera planteado. ¿Es habitual que se devuelva un fallo? No es una rareza, mejor dicho. En el último mes, por ejemplo, el juez devolvió el primer veredicto en el juicio por el asesinato de la viuda del presidente de la CAM. Dado que los jurados son legos en derecho, no siempre es fácil que elaboren su dictamen ¿Y si no se llega a un veredicto razonado? La Ley advierte (Art. 65) que si un veredicto es devuelto por el juez en tres ocasiones, el jurado será disuelto y habrá de repetirse la vista oral con otro tribunal ciudadano. Si en ese segundo juicio se repitiera esa triple devolución, el acusado sería absuelto.

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