sábado, 9 de julio de 2022

La lucha de una familia tras perder su casa por el incendio de un patinete

La madrugada del 14 de abril de 2019, la vida de la familia Plaza Rodríguez dio un vuelco de 180 grados. Era domingo, no lo olvidan. La vivienda que dos años antes habían comprado en el barrio de Montecarmelo ( Fuencarral-El Pardo ) se llenó de humo y las llamas arrasaron el lugar que hasta entonces llamaban hogar. La tarde anterior, el matrimonio había preparado una fiesta de cumpleaños para su hija de 8 años en la que le hicieron entrega del regalo que llevaba tiempo pidiendo: un patinete eléctrico que terminó siendo el causante del siniestro. La celebración, horas más tarde, se convirtió en tragedia por la combustión de la plataforma de desplazamiento. La familia empezó de cero, pero las heridas permanecen abiertas, en medio de una batalla judicial con el gigante estadounidense Amazon , vendedor del producto, y Quatrotec, el fabricante, contra los que han presentado una demanda, admitida ya a trámite. La fatídica jornada, la familia regresó al domicilio a las 10 de la noche y, tras insistencias de la niña por desembalar el patín, lo pusieron a cargar con la idea de usarlo al día siguiente. Estuvo solo una hora enchufado a la corriente, hasta que se fueron a dormir, sin superar el tiempo especificado en las instrucciones. Solo la madre permaneció despierta hasta que el ruido de unas pequeñas explosiones la sobresaltó. Recorrió la casa y al llegar al cuarto en el que habían depositado el producto tras cargarlo, este ya estaba ardiendo. Pánico total «Del patín salían llamas, el humo recorría todas las estancias y costaba avanzar. Todavía había algo de visibilidad, pero no se podía respirar. Agarramos a los niños y corriendo nos refugiamos en la terraza», recuerda el padre, tres años después. Solo alcanzaron a coger un teléfono desde el que llamaron al 112 . Dos policías nacionales fueron los primeros en acceder al edificio. «Su valentía fue increíble. Empezamos a escuchar cómo decían 'socorro, nos morimos' », continúa Plaza, agradeciéndoles su trabajo. «La situación fue de pánico total, solo piensas que si pasaran diez minutos más estaríamos muertos. Menos mal que mi mujer estaba despierta, si no no lo contamos», dice. Instantes después, llegaron los Bomberos del Ayuntamiento de Madrid y sanitarios de Samur-Protección Civil , que rescataron y atendieron por inhalación de humo a los agentes y a los cuatro miembros de la familia (dos hijos, de 8 y 5 años, y los padres) y los trasladaron a los hospitales de Nuestra Señora de América y La Paz. Ellos recibieron el alta un día después, pero los agentes estuvieron casi un mes en observación. El día después Arriba, el cuarto en el que habían cargado el patín, reducido a cenizas. Sobre estas líneas, a la izq., detalle de la habitación en la que estaba el patinete eléctrico; y uno de los baños tras el siniestro ABC «A partir de ahí empieza una nueva vida, tienes que rehacerlo todo, pero no estás preparado psicológicamente para perderlo también todo y pensar que podías haber fallecido», cuenta Plaza: «Volvimos a nacer» . No quisieron entrar en el domicilio y solo tuvieron tiempo para llevar a sus hijos a casa de los abuelos y comprar enseres básicos. La Policía Científica los contactó ese mismo día para analizar la responsabilidad del suceso y un día más tarde acudió el perito de la empresa con la que tenían asegurada la casa. «La vivienda estaba arrasada, inhabilitada para vivir, y todo lo que había dentro (muebles, colchones, ropa, electrodomésticos...), inservible», explica el afectado. Consecuencias En el suceso fueron heridos por inhalación de humo cuatro policías y los cuatro miembros de la familia Así consta también en el informe pericial al que ha tenido acceso este diario. En él se recoge que se encontraron restos del monopatín con la estructura metálica fundida, la zona que ocupaban las baterías, «que han desaparecido de su ubicación». «Realizando tareas de desescombro encontramos restos de baterías esparcidas por la habitación, un ramillete de ellas con las tapas reventadas y la pasta interior que conforma el material de ión-litio desaparecida», se puede leer en el documento. Los acumuladores «Realizamos limpieza de la zona de ubicación del patinete eléctrico y comprobamos cómo en el entorno de ubicación es en el que se detecta el origen del incendio», añade. Las conclusiones del informe no dejan lugar a dudas: el origen del fuego se localiza en la batería de acumuladores; el tiempo del proceso de carga fue inferior al establecido por las especificaciones del fabricante, que «no se han alterado en tiempo, en temperatura ni en humedad»; y el «cargador, original, que venía en el interior del embalaje enviado por Amazon» no coincide con las características del reflejado en el manual recuperado de la web del fabricante. «Las especificaciones de las tensiones de salida según el fabricante son de 29,4 voltios , mientras que el cargador que traía el patinete refleja una tensión de salida de 42 voltios », subraya el perito: «Independientemente de las condiciones de funcionamiento, tenemos que indicar que este elemento tendría que presentar un defecto de diseño». Amazon Desde la compañían insisten en que tienen protocolos para prevenir que se publiquen artículos que no cumplen la normativa Tras esto, su aseguradora les ofreció quedarse en un hotel hasta que encontrasen una vivienda de alquiler mientras su casa se reformaba. «Te sientes totalmente solo, todo es hostil », describe Plaza, que se puso en contacto tanto con el fabricante como con el vendedor a los que pidió que retirasen del mercado el producto para que la tragedia no se repitiese. «Amazon solo nos manda un formulario. Es en el momento en que denunciamos cuando nos contactan desde Londres, pero al admitirla a trámite se desentienden», añade. Desde la plataforma de comercio rechazan analizar el caso, pero declaran que el cumplimiento de la normativa de seguridad es «prioritario». «Contamos con protocolos para prevenir que se publiquen productos que no cumplan con la normativa o que resulten sospechosos, y hacemos seguimiento de la seguridad de los productos a la venta», manifiesta a ABC un portavoz de la compañía, que agrega: «Cuando es pertinente, retiramos los productos y contactamos con vendedores, fabricantes y organismos oficiales para obtener información adicional». Una niña fallecida, otros fuegos y paros en las ventas El siniestro vivido por la familia Plaza Rodríguez no es el único causado por el incendio en las baterías de los patinetes eléctricos. Tanto es así que Amazon suspendió en 2015 las ventas hasta comprobar que eran seguros. Ese año, una vivienda quedó reducida a cenizas en Bulkington (Reino Unido) veinte minutos después de retirar de la carga el aparato; en 2017, una niña de 3 años murió en Pensilvania (EE.UU.) en un fuego mientras el juguete se estaba cargando, y en Valencia, este año, otro incendio afectó al comedor de una vivienda. El despacho de abogados que representa a las víctimas también envió diversos burofaxes a las dos empresas, que no contestaron, y decidieron interponer la demanda, admitida a trámite en junio del año pasado y para la que se ha señalado audiencia previa el próximo 7 de febrero. «Solo reclamamos lo que hemos perdido y los daños que el suceso nos ha provocado», explica la familia. Hoy, los cuatro miembros siguen en tratamiento en un centro público de salud mental de Fuencarral-El Pardo y han pedido un adelanto de la audiencia, a lo que Amazon –aseveran– se opone. «Necesitamos cerrar este capítulo de nuestras vidas, pero ellos están haciendo lo posible para que se alargue», ruegan los Plaza Rodríguez, marcados por el recuerdo de unas llamas que no consiguen extinguir de su memoria.

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