Madrid ya tiene su hoja de ruta de la movilidad sostenible. Es una de las obligaciones de la nueva Ley de Cambio Climático de mayo de 2021, que impone a las ciudades de más de 50.000 habitantes diseñar instrumentos de este tipo, imprescindibles además para que la capital reciba fondos europeos. El ayuntamiento dio ayer luz verde al suyo: la Junta de Gobierno aprobó el texto final del bautizado como Plan de Movilidad Sostenible Madrid 360 que diseñó el pasado febrero para vertebrar las políticas en este ámbito hasta el año 2030. Tras superar el periodo de información pública de dos meses, el equipo de José Luis Martínez-Almeida ha estimado 163 de las 698 alegaciones presentadas por 34 personas físicas y jurídicas, 19 de ellas asociaciones de transportistas, según informó ayer la portavoz municipal, Inmaculada Sanz, en la rueda de prensa posterior a la Junta de Gobierno. Los detalles del plan, que supone una inversión de 1.978 millones de euros , los desgranará en el próximo pleno el delegado de Medio Ambiente y Movilidad, Borja Carabante. Estas son las principales modificaciones. La nueva versión del plan pretende aumentar el tamaño de las plazas de distribución de mercancías para hoteles y locales de hostelería y crear más espacios de este tipo, una propuesta de la Asociación de Empresas de Distribución de la Comunidad de Madrid (Aedisma) y la Confederación Empresarial de Madrid-CEOE. El texto también promete elaborar un estudio para ampliar el horario de las zonas de carga y descarga a petición del Comité Madrileño de Transporte por Carretera. El área ha atendido la alegación de la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (FRAVM) y de Más Madrid que solicitaba implantar medidas de templado y movilidad sostenible en las calles escolares. El grupo municipal también ha propuesto establecer convenios entre todas las administraciones para el despliegue de los carriles BUS-VAO. El plan recoge además las peticiones de mejorar la movilidad ciclista en la ciudad del PSOE y la asociación Pedalibre; establecer paradas discrecionales para autobuses junto a grandes estaciones de tren de Confebus; e incrementar la seguridad de las motos, algunas de las alegaciones de la Asociación Nacional de Empresas del Sector Dos Ruedas (Anesdor). El decálogo madrileño El documento establece diez líneas estratégicas con 120 acciones que buscan alcanzar cinco grandes objetivos en los próximos años. Disminuir en un 32,5% de media el tiempo en los viajes en transporte público; reducir el tráfico hasta un 10%; rebajar en un 65% las emisiones de CO2 en 2030 respecto a 1990 (una de las directrices de la COP25); cumplir con la directiva europea de calidad del aire, y lograr un descenso del 50% de los fallecidos y víctimas graves en carretera, según las metas que marca la Unión Europea. Estos diez puntos se enfocan en mejorar la velocidad del transporte público y sus infraestructuras, por ejemplo, construir carriles BUS-VAO en todos los accesos a la ciudad. Promover la movilidad activa, a pie y en bicicleta, representa el grueso de la inversión, con 729 millones de euros destinados, entre otras cosas, a dotar al sistema de Bicimad de 10.000 vehículos. El ayuntamiento pretende gestionar los aparcamientos con criterios de sostenibilidad, facilitar la integración de los patinetes, impulsar el cambio a los coches menos contaminantes, emplear la tecnología en diversos sectores y educar para incentivar la movilidad sostenible.
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