Ni Benzema pudo evitar la sequía

Karim Benzema lamentó enormemente quedarse fuera de la selección francesa hace cuatro años por un asunto ajeno al fútbol. Se perdió el sufrimiento de quedar segundo en la Eurocopa de su país y la alegría infinita de ser campeón del mundo en Rusia al lado de arane, compañero y amigo. Zidane, consejero del delantero tantas veces, habló con él para analizar los aspectos positivos de ese desencanto. El entrenador fue directo con su compatriota. No acudir con Francia significaba que haría una pretemporada en cada uno los cinco parones de selecciones que hay en cada campaña y estaría físicamente mejor que cualquier jugador internacional de cualquier nación. Así ha sido ¿Cuándo hemos visto el mejor rendimiento del delantero? En los últimos años. Fue decisivo en la final de la Champions del año pasado y se ha erigido en el mejor hombre del conjunto blanco en los dos últimos cursos, en la treintena. Anoche volvió a ser el mejor futbolista del Real Madrid en el césped, un reconocimiento que ha recibido también en otros partidos, pero le faltó, como tantas veces, el gol que traduzca su buen juego en números. Sus pases a Hazard, sus anticipaciones a los defensas béticos y la virtud de saber controlar el balón en su poder al borde del área fueron un espectáculo para el espectador que guste del fútbol de calidad. Cuando observó problemas de salida de balón, pidió tocar con orden y bajó a apoyar a los centrocampistas para generar jugadas. Así lo hizo a lo largo de todo el encuentro. Le faltó la oportunidad decisisiva. Las buscó y no obtuvo premio. El número nueve dobló la lengua hacia dentro en cuatro ocasiones. Es su gesto típico cuando ejecuta un remate que no entra en la portería por milímetros o por la parada del guardameta. Joel despejó dos disparos del francés con aura de gol y las otras dos opciones fueron peleas con los centrales con toques que pasaron cerca de los postes. Esperando el pase letal Hizo un gesto de rabia cuando Eden Hazard le dio un pase imposible que se paseó por el área pequeña verdiblanca sin que nadie la empujara. Karim estaba atrás. Lleva siete tantos en el Real Madrid, es el máximo artillero blanco y ante el Betis quería refrendarlo. No le entró ningún tiro. Sus combinaciones con Hazard y Kroos eran perfectas, el problema es que después no le devolvían el pase con precisión. No se entendió que Zidane cambiara a Benzema, el goleador del equipo, para buscar el acierto por alto con Jovic. Solo faltaban siete minutos y el Betis vivía en su área. Era el momento de colocar dos puntas. El Real Madrid no marcó y se quedó empatado con el líder.

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