viernes, 1 de noviembre de 2019

El terrible crimen de Paco el Loco, el «triturador de huesos»

A las tres de la madrugada del 10 de agosto de 2016, sonó el teléfono de Francisco Gomara-López, conocido como «Paco el Loco», un peligroso y violento delincuente que se dedicaba a «resolver problemas», realizar extorsiones y dar palizas a cambio de grandes sumas de dinero. Al otro lado de la línea estaba Javier Ceballos, quien dos horas antes presuntamente había acabado con la vida de A. P. C., de 27 años, en su vivienda de Rivas Vaciamadrid al asestarle una puñalada. Ambos, junto a un tercer encubridor, se sientan el lunes en el banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial frente a un jurado popular. Esa noche, Ceballos y la víctima mantuvieron una discusión por un asunto de drogas. En el transcurso de ella, con ánimo de acabar con su vida, cogió un instrumento cortante y lo mató, «derramándose toda la sangre del cuerpo por el suelo y las paredes de la vivienda», recoge en su escrito de acusación la Fiscalía, al que ha tenido acceso ABC. El cadáver quedó tendido en el suelo de la cocina, «boca abajo y arropado con una manta». Ceballos se encargó de limpiarlo todo e intentó borrar los rastros de su crimen. Pero no fue posible. Dos horas más tarde, llegó a la vivienda David Tena, su compañero de piso, quien lo pilló «en calzoncillos y ensangrentado». El presunto homicida le pidió que se fuese. Durante seis días estuvo viviendo en un hotel sin poner los hechos en conocimiento de la Policía. Para deshacerse del cuerpo, llamó a «Paco el Loco», quien cobraba hasta 4.000 euros por no dejar rastro. «Dos no discuten si uno desaparece en extrañas... Circunstancias» era su lema, lo tenía colgado en una pared de su casa, situada en la calle de López de Hoyos. Parecía la descripción perfecta del crimen que acababa de tener lugar. El delincuente se trasladó hasta Rivas y, con Ceballos, supuestamente descuartizó el cuerpo de la víctima. Los trozos del cadáver los llevaron hasta una finca de El Pardo donde los rociaron con gasoil hasta en tres ocasiones, les prendieron fuego, machacaron los huesos y tamizaron los restos hasta convertirlos en polvo. «No quedaron restos del cadáver», dice la Fiscalía. «Paco el Loco», que cuenta con antecedentes por extorsión y lesiones, utilizaba el nombre de un español residente en Londres para dificultar su localización. En su vivienda, la Guardia Civil halló un arsenal de armas y 40 móviles, además de tres cámaras de seguridad que enfocaban al portal. Dormía al lado de una pistola del calibre 45, utilizada por el ejército estadounidense. «Es un paranoico peligroso que trató de hacernos frente, a pesar de que había consumido drogas y eran las seis de la mañana», precisaron los investigadores tras darle caza, en febrero de 2017. Esta historia de terror está cerca de llegar a su fin. La Fiscalía pide para Ceballos trece años y cuatro meses de prisión por un delito de homicidio y otro de profanación de cadáveres; Tena será juzgado por un delito de encubrimiento por el que se enfrenta a dos años y tres meses de prisión. La misma pena piden para el agresivo «Paco el Loco», a quien le imputan un delito de encubrimiento en concurso ideal con un delito de profanación de cadáveres.

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