Cuando el entrenador del Real Madrid mira el calendario, encuentra partidos para que todos los jugadores de su plantilla puedan tener un respiro. Bueno, todos no. Para Casemiro nunca hay tregua: «¿Cuándo va a descansar Casemiro? No sé, de momento no. Estamos bien así y veremos», contestaba Zidane tras el partido de la pasada semana frente al Leganés, el colista de la Liga, en el que el brasileño volvió a jugar los noventa minutos a pesar del rival que había delante y del cómodo resultado final (5-0). Y es que Casemiro, uno de los mejores del Real Madrid en lo que va de temporada, se ha convertido en el futbolista que nunca rota. Las limitaciones de efectivos en el centro del campo, y en concreto en esa posición de «5» en la que no tiene sustituto natural, y su elevado nivel en estos tres meses de competición oficial, han hecho de Casemiro una pieza inamovible en el once del Madrid. Tanto que entre los 12 partidos de Liga ya disputados más los tres de Champions, solo ha liberado sus piernas 24 minutos, y de eso hace ya un mes y medio. Fue contra el Levante, en la cuarta jornada del campeonato, y su paso al banquillo desencadenó una tormenta en el Santiago Bernabéu que casi acaba en drama. De un cómodo 3-0 y el partido prácticamente sentenciado, se pasó al 3-2 y el Madrid pidiendo la hora en el tiempo añadido, donde el Levante a punto estuvo de igualar el marcador en una jugada a balón parado. Aquello quedó grabado en la memoria de Zidane. Sin Casemiro, el Madrid hacía aguas. Y ahí sigue, de noventa en noventa minutos. El brasileño es el jugador de la plantilla que más minutos acumula, 1.230, una cadencia que le llevaría a jugar más de 4.000 minutos al final de la temporada, una barbaridad para un futbolista que en las últimas cuatro temporadas de blanco ha acumulado temporadas algo por encima de los 3.000 minutos. La diferencia es sustancial, y aunque Casemiro es un profesional que cuida al máximo su cuerpo y su descanso, está más expuesto que nunca a una lesión si Zidane no decide darle aire en las próximas semanas. Amistosos por el mundo Casemiro acabó la pasada temporada el 7 de julio, jugando y ganando la final de la Copa América, y tras 25 días de vacaciones, adelantó su inicio de la pretemporada sabedor de que este curso su rol en el Madrid iba a ser de actor principal. Solo dos semanas de preparación y a competir de nuevo, sin descanso. Algo en lo que no ayuda su selección. Con la Brasil de Tite, Casemiro no entiende ni de amistosos. Dos en septiembre, uno en Miami y otro en Los Ángeles, y otros dos en octubre, ambos en Singapur. En todos ellos, Casemiro completó los noventa minutos, aunque no hubiera nada en juego. Una situación que puede repetirse en noviembre, donde le espera otra paliza de kilómetros. Amistosos en Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos. Dos «bolos» más de los que Tite no piensa librarle. Así es el Casemiro de la 2019-2020. El futbolista que nunca descansa.
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